Devoto y militante del trabajo en equipo
cádiz norte, cádiz sur. José Antonio Cano Durán. Socialista, cofrade y aficionado al Carnaval
De su capacidad organizativa y su fe en el trabajo colectivo se han beneficiado el PSOE local, la peña La Estrella y la cofradía de la Piedad
No me aburro nunca. Siempre he tenido inquietudes y las he cubierto de diferentes maneras". Y que lo diga. José Antonio Cano está metido en varios fregaos, aunque siempre en un segundo plano, huidizo ante los focos. "Los cargos son lo de menos. El caso es estar con gente interesante con la que te unen cosas y de la que aprendes", apunta. Este hombre que le da "mucho valor al trabajo en equipo" lleva adelante tres pasiones: el PSOE, la peña La Estrella y la cofradía de la Piedad. En resumen, Cano es devoto del asociacionismo. Y en las tres facetas lo ha demostrado.
Llegó a la política como tantos jóvenes en la Transición, viviendo de cerca, inmerso en asociaciones juveniles, los cambios que se avecinaban en España. "Amigos míos se involucraron y estuve con ellos en reuniones de las Juventudes Comunistas o en la Joven Guardia Roja, que dicho así suena muy revolucionario", señala. Pero Cano buscaba su espacio. Lo encontró gracias a un flechazo político. "Fui a un mitin de Tierno Galván cuando lideraba el Partido Socialista Popular y me cautivó. Tenía la coherencia que yo estaba buscando". Y en las Juventudes de este partido realizó su primera incursión socialista. Luego acudió al Congreso de Torremolinos en el que Tierno planteó dos caminos: la desaparición del partido o la unión con el PSOE. "Ganó la segunda opción y me hice militante a finales de los 70", dice.
Dejó de militar durante un largo tiempo. "Quizás era un idealista, quizás había cosas que no me gustaban", reconoce. Hasta que Rafael Román le rescató para su lista la primera vez que concurrió a las elecciones municipales. "Iba como independiente, pero no tenía sentido estar comprometido con el PSOE y no estar afiliado. Ahí volví a militar". Entró en la ejecutiva del PSOE local con Pérez Peralta y repitió en la siguiente con Fran González, donde continúa. "Nuestro proyecto es muy ilusionante y es muy bueno para la ciudad", asegura. Al candidato a las municipales lo elegirán los militantes. "Al que salga, lo apoyaremos. Dicho esto, mi candidato es Fran. Es un líder con una gran capacidad de gestión y de organización. Aprendo mucho de él. Creo que podría dar muchas alegrías a esta ciudad si lograra ser alcalde", afirma.
En la peña La Estrella entró como socio en 1979. Llegó de la mano de su padre, literalmente, cuando era pequeño. "Él era cliente y socio desde que la peña se organizó en 1959". Ahora, Cano es vicepresidente y coordina el Foro de Cultura y Carnaval El Gallinero Chico. Su vinculación a la veterana peña le dio la oportunidad de vivir grandes momentos. Allí, en Candelaria, cantaban las mejores agrupaciones. No olvida que presenció cómo 'Los forjaores' de Paco Alba estuvieron en la peña probando los yunques o 'Los aventureros' ensayando el efecto "de ponerse y quitarse los sombreros en el popurrí". Dos experiencias para grabar en la mente y el corazón.
Reconoce que sin contar con "un perfil cofrade", ha tenido la suerte de vivir "cosas muy bonitas". Llegó a la Piedad de la mano de su familia política, los Molina. Antes de contar con cargo en la cofradía, donde ha sido secretario, Cano fue reclutado por Juan Manuel Alcedo para formar parte del Consejo de Hermandades en un período de transición como vocal y responsable de las hermandades del Viernes Santo, y luego como secretario. "Creo que ese Consejo fue un punto de inflexión en la Semana Santa de Cádiz", destaca. El actual Consejo o ha cambiado la carrera oficial. Advierte que habla como cofrade y cristiano que busca en la Semana Santa "algo más que un desfile". "Es un equilibrio difícil de conseguir. ¿Para que haya más sillas y más beneficios, son las hermandades las sacrificadas? No se puede eclipsar el sentido religioso buscando el espectáculo en la calle", asevera.
La capacidad organizativa de Cano se notó en la efeméride de los 375 años de la talla del Cristo de la Humildad y Paciencia, cuyo programa coordinó, o los 250 de la ejecución de la imagen del Cristo de la Piedad. Y no olvida a Rafael Corbacho, fallecido la pasada Semana Santa, que cuando fue nombrado comisario para reflotar la hermandad del Santo Entierro contó con él para tan delicada tarea.
En lo profesional, a Cano le tocó vivir el cierre de Delphi. Entró en 1982 y la fábrica cerró en 2007, pero él se quedó hasta la liquidación definitiva, febrero de 2009, ya que por entonces trabajaba en personal. "Pasé el difícil trago de entregar los finiquitos", recuerda. Después de unos meses en el paro entró de montador en Alestis de Puerto Real. Allí trabaja en un equipo de mejora continua. "Es un grupo de gente fantástica que me ayudó mucho cuando murió mi mujer. Soy un privilegiado entre esos compañeros", asegura emocionado.
Siempre en equipo, siempre en común. Un gaditano para clonar. Cádiz necesita personas como él.
Siempre en clave gaditana
Este gaditano de la calle Arbolí nació el 18 de mayo de 1960. Se aproxima, pues, a los 58 años. En el colegio de su calle natal estudió, aunque antes lo hizo en el colegio San Martín y en la academia España, en la calle Fernández Shaw. Luego no pudo acabar estudios en la Escuela de Artes Aplicadas, su vocación, y también hizo un intento en Formación Marítima Pesquera. "Había que trabajar para ayudar en casa", apunta. Su padre, "un gran maestro albañil", se lo llevaba a trabajar como ayudante. Luego vino la ineludible mili y de allí entró en la General Motors (luego Delphi) en marzo de 1982 como operario. Allí estuvo hasta que la fábrica cerró. Ahora trabaja en Alestis. Cano estaba casado con Juani Molina, fallecida hace tres años. Tuvieron un hijo, José Antonio. Siempre en clave gaditana, se ha significado por su trabajo en el PSOE local, en la cofradía de la Piedad y en la peña La Estrella.
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