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Entrevista con Rafael Fernández, gerente de Bayport

“Detecto que fuera se empieza a respetar a Cádiz”

  • La empresa Bayport ha sido galardonada como la mejor pyme del año 2018 en la provincia de Cádiz. Al frente, su gerente, Rafael Fernández, y las 170 personas que conforman su equipo.

Rafael Fernández gestiona la empresa Bayport.

Rafael Fernández gestiona la empresa Bayport. / D. C.

-¿Cómo es usted capaz de llevar todo para adelante?

–Lo primero, teniendo un buen equipo. Todo esto no lo lleva una sola persona para adelante. Me veo en los años ochenta y tantos cargando cajas, preparando camiones y haciendo palés. Ahora, después de vario años y de mucho esfuerzo, somos quienes somos, y soy quien soy, gracias al equipo que me sigue.

–Seleccione un año en su vida en el ámbito profesional.

–Un antes y un después, cuando nos fuimos a Zona Franca hace 20 años. Hace 10, otro punto de inflexión: cuando nos vinimos a Tres Caminos. Otro punto puede ser cuando nos adjudicamos todas esas unidades productivas que nos dieron ya un reconocimiento a nivel internacional dentro del sector. Creo que ahora podemos estar viviendo justo otro de estos momentos con una nueva mudanza a otras instalaciones. Se abre la posibilidad de volver a Cádiz, algo que a mí personalmente me hace mucha ilusión.

Rafael Fernández, gerente de la empresa Bayport Rafael Fernández, gerente de la empresa Bayport

Rafael Fernández, gerente de la empresa Bayport / D.c.

–Esos son momentos positivos en su vida. También habrá años, que mejor olvidar.

–No pasa nada por saber reconocer los fracasos. Lo importante es que cuando te llega uno, te coja fuerte para saber levantarte.

–Y puesto a reconocerlos, ¿ha vivido muchos fracasos?

–Hombre, le hablo de fracasos que a lo mejor no te dejan tocado de manera definitiva, pero que sí te hacen pensar que uno no puedes depender sólo de un único segmento de negocio o de una única tipología de clientes. Hace muchos años teníamos cuatro o cinco clientes muy buenos, y dos de ellos se cayeron porque fueron absorbidos por otras empresas. Me di cuenta entonces de que habíamos crecido pero con pocos huevos en la cesta. Entonces me dediqué a viajar y a invertir en ferias y en darnos a conocer más en otros foros.

–¿Quién es su maestro en eso de caer y saberse levantar?

–La primera que me demuestra que hay que levantarse es mi mujer. Ella es la que habla poco y hace mucho con su fuerza. Siempre la tengo ahí. Después, y de manera paralela, el equipo, que tiene nombres y apellidos: son Jesús, Eugenio, Miguel Ángel, Pedro, Sebastián, José Juan... y, cómo no, mi padre. La clave del éxito no está en la persona, sino en el equipo.

–Veo que los nombra con sus nombres de pila. ¿Ellos le llaman a usted también Fali? ¿Aquí no hay ni don ni señor?

–No, por Dios. Al contrario. Mi ejemplo fue mi padre, que yo lo veía amarrar barcos en el muelle y mover cajas en el muelle y en el almacén de Ramón de Carranza, 24. Yo lo que he hecho es copiar. Yo he copiado mucho. Creo que copiar no es malo, siempre que uno sepa copiar y elegir de quién se copia.

Rafael Fernández, en su sede de Tres Caminos. Rafael Fernández, en su sede de Tres Caminos.

Rafael Fernández, en su sede de Tres Caminos. / D.c. (Cádiz)

–¿Y a veces se levanta con la clara intención de dejar ya algo de lado?

–Yo siempre digo que soy un vago. Yo siempre en el colegio recuerdo y me recuerdan profesores que aún están en mi entorno, que me dicen: ¡Hay que ver, Rafa, que tú no eras de estudiar! Yo me muevo por objetivos, me motivan las cosas, no me motiva el dinero sino que lo que me motiva es conseguir cosas. Ahora tengo tres o cuatro proyectos entre manos y eso me motiva. El problema llegará cuando vea que ya no me divierto.

–¿Dos o tres proyectos en mente?

–Más, tengo más.

–¿Y cree que ya ha logrado que todo esto vaya más o menos andando solo?

–Sí lo he logrado. Y lo vi muy claro hace muy pocos años. Vinieron a comprar mi empresa. Me dijeron que no me la compraban. El potencial comprador me dijo que había demasiadas cosas en el negocio dependientes aún de mí. Menos mal que a día de hoy todo ha cambiado.

–¿Entonces lo reconoce como un defecto?

–Sí, era un problema. Porque la empresa hacía un cuello de botella que era yo. Prefiero que mi entorno se haga cargo de algunas decisiones. Les enseño a equivocarse y les hago ver que no pasa nada por ello. Al crecer más, el nivel de delegación tiene que ser mayor. Quería hacer extensivo mi reconocimiento a mi grupo de delegados que tenemos en cada ciudad. No es fácil encontrar gente válida.

–¿Puede que ésta provincia esté aún demasiado acostumbrada a las ayudas oficiales y que aún no sepa andar sola?

–Le puedo contar una anécdota. Hace años, de vuelta de un viaje con la Cámara de Comercio, al volver me di cuenta de la gran cantidad de empresas que existen aquí. Esas empresas, todas, eran privadas y de gente que pone sobre la mesa mucho dinero: ahí están ahora Diego Chaves liderando el Femca, o Antonio Trigo, con Tincasur, una empresa que va creciendo. Hay muchos más vendiendo la marca Cádiz por ahí. La gente no para. Como yo nunca he recibido nada o casi nada... Sé que hay muchas empresas privadas que están trabajando mucho y generando mucha riqueza y empleo.

–¿La imagen de Cádiz y la marca Cádiz mejoran en el exterior?

–Yo destacaría la palabra “respeto”. Detecto que nos empiezan a respetar. Así lo veo. Cuando hay una empresa seria que trabaja y da servicio, a esa empresa se le respeta. Ahora quiero aprovechar esta nueva fase de la asociación Gades-Port, ahora Cádiz-Port, para aunar esfuerzos y sinergias.

–Y hablando de Cadiz-Port, ¿Nino Copano le ha dejado el listón alto?

–Nino es el mejor comercial que yo he conocido. No nos olvidemos de que Cadiz-Port no deja de ser un foro para vender. Quien piense que yo voy a defender los derechos del trabajador o eso, se equivoca. Para eso hay otra asociación que se llama Apemar y ellos verán. Cadiz-Port está ahí para acompañar a la autoridad portuaria en sus gestiones y sus programas comerciales. Estamos ahí para pinchar a la autoridad portuaria para que se mueva, aunque reconozco que ahora mismo José Luis Blanco es una persona y un presidente que está para todo. Me encanta su eterna disponibilidad. Creo que es un momento para aprovechar por parte de los empresarios. De hecho, este lunes tenemos una primera reunión, Jaime Macpherson (ahora vicepresidente de Cadiz-Port) y yo, para diseñar un plan de acción de la mano de la autoridad portuaria y ver los puntos negativos y los positivos y a partir de ahí trabajar más a fondo. Quiero presentar un proyecto serio, y empezar a movernos a ver qué líneas pueden venir, cuáles se fueron y por qué se fueron, y por qué no han venido las que podían haber venido. A veces es una pena la crítica gratuita porque he leído cosas sobre la línea de Balearia que se ha ido a Huelva. Conozco las razones porque casualmente cuando le dijeron a José Luis (Blanco) que no se venían a Cádiz traía la carita blanca. ¿Qué va a querer un presidente de una autoridad portuaria? Qué vengan. Hay que tener más información para criticar.

–¿Y por qué Balearia ha elegido Huelva?

–Hay varias razones. Sabemos que ahí van a cargar muchos barcos de Mercadona y la planta logística de Mercadona está cerca. Habrá que ver también qué otros entes de la provincia de Huelva han ayudado para que todo esto haya terminado así. También queremos valorar qué ha fallado en las sinergias entre los entes públicos de la provincia: Cámara de Comercio, Diputación, Ayuntamiento, la misma APBC, saber si valoró en conjunto qué medidas podían poner sobre la mesa para atraer a Balearia.

–Ha usado dos veces la palabra pinchar, una pinchar a Blanco y otra pinchar a los empresarios...

–Es hora de renovar filas en Apemar y creo que Medina, por razones de estatuto no va a poder renovar. Emilio es un tío que, con la edad que tiene, tiene un gran espíritu emprendedor y unas ganas de trabajar fantástica, pero hay que recordar que la sangre hay que regenerarla y sé que hay candidatos y sé que hay gente joven detrás con muchas ganas de trabajar. Hay que trabajar más con las ideas. Otro ente que está ahí también muy abierto es Capitanía Marítima. Ellos tienen también mucho que decir a la hora de intentar dar más facilidades a los barcos nuevos que quieran venir.

–¿Va a ser difícil buscar amigos en otros puertos en un momento en el que se vive una competencia tan feroz?

–Es evidente que la competencia está ahí. Todos quieren traerse para sus ciudades el máximo tráfico posible. A mí no me importa lo mal que lo hacen otros. Lo que tengo que hacer es generar sinergias para que aquí no perdamos cuota de mercado y ganemos aún más. Tenemos ahí un muelle fantástico al que hay sacarle rentabilidad lo antes posible.

–¿Pero el puerto de Cádiz es fácil de vender de cara al exterior? Un túnel inundado, una terminal de contenedores que no se sabe si al final será para contenedores...

–Por lo menos el muelle está. Lo peor sería quejarnos de que no lo tenemos. El muelle de contenedores está ahí. Creo que tenemos un horizonte muy positivo. Creo que lo tenemos bastante fácil para atraer trabajo. Lo único es que habrá que valorar con la administración el tema de tasas, el tema de gastos, de costes... Ahí me pierdo. Veo que estamos unidos y que cada vez somos más. Hay muchas empresas que están ahora aterrizando en la provincia. El astillero cada vez trabaja mejor. Pero, ojo, aprovecho para aclarar que me da pena ver cómo llegan los barcos a reparar y se traen ya sus propios trabajadores para labores que podrían ejecutar gente de aquí. No hay duda de que a las empresas auxiliares hay que darles más cariño.

–En poco tiempo, premio a la mejor pyme de la provincia y presidente de Gades-Port, ahora Cádiz-Port.

– Me lo propusieron y dije que no al principio, pero ya un día me cogió el presidente de la APBC y me dijo: Fali, esto hay que llevarlo para adelante y los empresarios tenéis que echar una mano. Entonces le pedí el mismo compromiso y le dije que si él estaba dispuesto desde la Autoridad Portuaria a apoyarnos, lo intentaremos. Queremos que venga trabajo a Cádiz... En cuanto a lo del premio, me he sentido muy orgulloso. Detrás de todo esto está el Grupo Joly y me parece muy bonito porque me motiva mucho lo emocional. El dinero viene sólo pero hacer feliz a la gente me produce una gran satisfacción.

–¿El Cádiz C.F. sigue siendo para usted una afición? ¿No le gustaría disfrutarlo como el resto de cadistas con su camiseta amarilla y gritando desde la grada?

–Casualmente los dos últimos partidos he tenido que verlo con mis hijos y con mi padre y ahí sí puedo gritar y me lo paso realmente bien como cualquier otro aficionado.

–Es usted accionista y patrocinador. ¿Se ve como futuro presidente del Cádiz?

–Primero, jurídicamente no puedo. Después, tengo una minoría de acciones. La mayoría de las acciones del Cádiz la tiene una empresa cuyos socios, por desgracia, no se entienden.

–¿Pero si pudiera se embarcaría?

–No, como presidente del club no. Ahí sí que está uno muy expuesto. Asumir esa responsabilidad en el Cádiz sería tener que dejar alguna responsabilidad en mi empresa. Creo que mi empresa me necesita. Otra cosa es que hubiera una buena armonía en el Cádiz y uno pudiera ir allí a trabajar de verdad y no a lucirse. Lo primero que habría que hacer es sanear las relaciones personales y eso está ahora muy enquistado. No quiero entrar en esa guerra.

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