III Premio Federico Joly

Delkáder, entre la emoción por lo vivido y la ilusión por el futuro

  • El director editorial de Prisa recibe conmovido y “en mi casa” el Premio Federico Joly. “El periodismo no está hoy en vías de extinción”, dice con optimismo sobre su profesión

Delkáder en el momento de recibir el premio de manos de Sergio Corral, de Unicaja, y el presidente del Grupo Joly, José Joly

Delkáder en el momento de recibir el premio de manos de Sergio Corral, de Unicaja, y el presidente del Grupo Joly, José Joly

PESE a su crueldad, que la tiene, hay veces que la vida se apiada de nosotros y nos regala momentos únicos, de esos que te colman de satisfacción y te elevan por encima del pico más alto del Himalaya. El periodista gaditano Augusto Delkáder tuvo la inmensa fortuna de vivir uno de esos momentos. Fue la noche del martes en el Parador Atlántico de Cádiz durante la entrega del III Premio Federico Joly que concede anualmente Diario de Cádiz con el patrocinio de la Fundación Unicaja. Tras recibir el galardón de manos de José Joly, presidente del Grupo Joly, el director editorial de Prisa y presidente de la Cadena Ser miraba emocionado a un auditorio que le regalaba una ovación sincera. Al otear el horizonte vio a su izquierda una mesa con muchos de sus compañeros de Prisa llegados de Madrid para arroparlo. Y surgió la sonrisa más grande que pueda imaginarse. Y mientras les señalaba con el dedo, Delkáder pareció decirles con su mirada algo así como “este premio también es vuestro” pero también “mirad como me quiere la gente de mi tierra y de mi Diario”.

Y es verdad. En Cádiz se quiere a Augusto Delkáder. Siempre ha sido así y el martes quedó comprobado una vez más. En un salón abarrotado, los presentes pudieron ver de cerca la emoción de un periodista que en su intervención miró hacia atrás, como no podía ser de otra manera, pero también hacia adelante, lanzando un mensaje de optimismo sobre el futuro de una profesión que, dijo, “no está en peligro de extinción”.

La verdad es que no hay nada más estimulante que ver cómo gente que ha logrado todo en su vida profesional aún mira al futuro con ilusión. Delkáder lo hizo el martes. En un salón con amplia presencia de profesionales de los medios de comunicación, este periodista nacido en Cádiz en 1950 se mostró convencido de que en unos momentos actuales “en los que hay exceso de comunicación pero escasez de información” el periodismo tiene futuro. Pero antes es preciso que el sector se asiente, que el nuevo formato digital se consolide y que “pase el sarampión”, que es el término al que Delkáder le gusta referirse cuando se le pregunta por el estado de salud de su profesión.

Eso sí, al aventurar lo que puede pasar alertó de que ese futuro sólo lo tendrán garantizado “las empresas serias” que cohabitan ahora en este sector. Y recordó algunos de los ingredientes necesarios para poder cocinar un medio que atraiga y convenza a su audiencia: ética, rigor y honestidad.

Dicen los que le conocen que Augusto Delkáder siempre se ha caracterizado por su valentía y por su apuesta por la modernidad y la libertad. Ello le llevó por ejemplo a convertirse en director de Diario de Cádiz cuando apenas tenía 25 años, a que Juan Luis Cebrián tirara luego de él para poner en marcha El País y a que posteriormente Jesús de Polanco lo convirtiera en una pieza clave para el asentamiento de Prisa y su lanzamiento en América.

Algunas de las vivencias más cruciales recopiladas durante tantas décadas de profesión jalonaron la intervención de Delkáder en la que rehuyó de un discurso formal –unas simples notas desordenadas le sirvieron de guión– y donde no pudo disimular su emoción, con lágrimas incluidas.

Delkáder mostró su gratitud a la familia Joly por la “confianza tan extraña” que depositaron en él para que dirigiera tan joven Diario de Cádiz con el reto de que transformara el periódico con vistas a la democracia que empezaba a asomar por el horizonte. “A esa confianza intenté responder con lealtad, trabajo y esfuerzo”, indicó. Y también recordó cómo desde Madrid pudo contar en primera fila el nacimiento y los primeros pasos de una Transición en la que, reflexionó, “todos teníamos como objetivo dejar a nuestros hijos una España mejor en memoria de nuestros padres”.

"Un buen director de comunicación necesita compañeros con talento, pero también un buen editor"

Pero durante su discurso no sólo miró hacia atrás y hacia adelante. También dirigió su mirada hacia abajo y hacia arriba. Y eso lo hizo al intentar dar las claves de lo que tiene que ser un buen director de un medio de comunicación. Por ello tuvo un recuerdo para los compañeros que le han acompañado en su andadura profesional pero también para los jefes que confiaron en él. Contar con un equipo de compañeros “con talento” es una de las claves del éxito, reflexionó, pero también “tener un buen editor” al frente de la empresa.

Delkáder agradeció recoger este galardón “en mi casa”, valoró el apoyo que le ha brindado siempre su esposa Alicia y reconoció que si de algo le gusta presumir en otros puntos de España o del extranjero “es de ser gaditano”.

De su tierra rechazó algunos de los estereotipos que desde siempre se le han colgado “porque los gaditanos no somos simplemente graciosos y vagos. Eso es falso”, afirmó con rotundidad. Bien al contrario, denunció sin tapujos la discriminación que Cádiz viene padeciendo de manera sistemática por parte de los diferentes gobiernos. “El problema de España no es de falta de libertades porque, a pesar de lo que se esté diciendo en Cataluña, en este país no se persigue a los nacionalismos”. Y añadió: “El problema de España está en sus desequilibrios territoriales, de los que Cádiz sabe mucho porque los sufre desde hace años”.

"Los gaditanos no somos graciosos y vagos. Eso es falso"

Y también tuvo tiempo de hacer una defensa a ultranza de la política, una actividad cada vez más repudiada por la sociedad pero de la que Delkáder destacó su “nobleza”. “La mayoría de los políticos trabajan con honestidad”, dijo antes de agradecer la presencia en el acto de su amigo Manuel Chaves. Otro de sus amigos de siempre, el ex presidente del Gobierno Felipe González, le había regalado previamente un vídeo donde destacaba de Delkáder su compromiso con la verdad y la libertad. Y la gente de su Cádiz asintió.

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