¿Qué motivó que se congregasen ayer tal cantidad de socialistas, tres ministros, dos consejeros de la Junta, un delegado del Gobierno en la Comunidad, directores generales, delegados provinciales, concejales, una candidata a la alcaldía, diputados, senadores, militantes de base y simpatizantes, en el 'lado' gaditano del puente? ¿Era acaso el acto de puesta de la primera piedra?, o más bien ¿la inauguración de tan magna obra?

Nada de ello. Tal afluencia de cargos socialistas tenía como única misión acompañar al ministro de Fomento, José Blanco, en su visita a la mayor infraestructura que financia su departamento. No era una visita baladí, pues suponía dejar claro ante todos la apuesta del Gobierno por el que será el puente más grande de Europa. Una visita que, a priori, debía de ser complicada pues suponía reconocer que las obras del puente han estado paralizadas para nada y que ahora costará ponerlas en marcha de nuevo. Que donde antes no había dinero para mantener el ritmo de los trabajos, ahora sí lo hay.

Pero de todo ello, por supuesto, no se dijo nada durante la visita de José Blanco y todos los cargos socialistas. Cual si fuera Fray Luis de León, el acto comenzó con un "decíamos ayer...", olvidándose de lo ocurrido desde el pasado mes de junio.

En todo caso, fue una reunión especialmente cordial. Blanco habló y saludó de forma afectuosa a la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez (que a su vez estuvo acompañada por un nutrido grupo de concejales de su equipo), que también pudo charlar unos minutos de forma muy distendida con el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba, y con los consejeros Rosa Aguilar y Luis Pizarro. José Antonio Barroso, que recordó que la mitad del puente discurre por el término municipal de la ciudad de la que es alcalde, Puerto Real, también fue invitado al acto. Junto a ellos una nutrida presencia de asociaciones de vecinos. Hubo un fugaz saludo del ministro al autor del proyecto, Javier Manterola, que se mantuvo en un segundo plano, y a los representantes de la concesionaria de la obra, Dragados, que optaron por no hacer declaraciones a la prensa. En la zona de trabajo, apenas una docena de operarios. Todos ellos con sus monos de trabajo perfectamente relucientes.

Marcos Martín, el más que eficaz ingeniero de Fomento, director de las obras, explicó el desarrollo de las obras y lo que se va a emprender ahora a través de un vídeo de seis minutos. Después, rápida visita a la zona de obra en el lado gaditano donde la visibilidad de la magnitud de este proyecto es más que complicada. En poco más de media hora, todo listo. De nuevo a los coches oficiales en este caso rumbo a la Diputación Provincial. En la carpa, todos se dejaron los chalecos y los cascos de seguridad sin utilizar.