Cádiz

Coronavirus en Cádiz: El obispo pide a los sacerdotes que donen parte de su sueldo a Cáritas

  • Les invita así a colaborar “con el problema que ya se está haciendo notar” derivado de la epidemia del coronavirus

  • Zornoza alerta de “cierto desánimo y tristeza” en el clero

El obispo Rafael Zornoza, en Santo Domingo

El obispo Rafael Zornoza, en Santo Domingo

El clero de Cádiz renunciará a una parte de sus ingresos para destinarlo a Cáritas en la atención a las necesidades derivadas de la pandemia del coronavirus. Así, al menos, lo ha solicitado el obispo, Rafael Zornoza, que ha dirigido una carta los sacerdotes en la que les pide un gesto para manifestar “nuestro amor y preocupación por nuestros hermanos que sufren en estos momentos con un gesto concreto que testimonie nuestra participación y colaboración conjunta para paliar las necesidades de las familias más vulnerables”.

Ese gesto concreto consiste en que cada sacerdote “pueda libremente donar a Cáritas una parte de la asignación económica que percibe, bien ingresándola en la cuenta de Cáritas Diocesana destinada para paliar los efectos del Covdid-19, o en la cuenta de vuestras parroquias destinadas a la labor de Cáritas”. “De esta forma, podemos contribuir directa y personalmente a paliar las necesidades de las familias más desprotegidas en este momento, a las que sin duda conocéis y ponéis rostro”, añade la misiva a la que ha tenido acceso este periódico.

Esta iniciativa no es algo particular del obispo Zornoza, sino que responde a la propuesta lanzada desde la Conferencia Episcopal Española para que todos los obispos y sacerdotes entreguen “una parte de su sueldo o una aportación fija durante un tiempo determinado para ayudar a quienes más sufren la crisis económica agravada por la pandemia de Covid-19”.

Precisamente en relación al clero, el obispo alerta en su carta de “cierto desánimo entre algunos de vosotros al ver pasar las semanas sin poder recuperar las catequesis, las celebraciones de primeras comuniones, confirmaciones, etc. y crece cierta sensación de tristeza, o el abatimiento por lo mucho trabajado sin experimentar ningún fruto aparente”. “A pesar del gran esfuerzo que muchos estáis haciendo para mantener las iglesias abiertas y atender a los fieles con retransmisiones, llamadas... se nos pide un renovado impulso sin objetivos claros ni metas programables”, añade Zornoza, que ante este pesimismo pide “obrar en conciencia ante Dios sin esperar más complacencia que la recompensa eterna del mejor pagador, el Buen Pastor a quien servimos”.

“El sacerdote ha de mostrar en su vida la felicidad paradójica de las bienaventuranzas que se realiza incluso en las lágrimas, en el sufrimiento o en el anonimato, cuando se participa de la vida de Cristo. El seguimiento de Cristo es el secreto de nuestra felicidad, porque nos hace gozar ya de la intimidad con el Padre”, traslada la carta, que invita al clero a “aprovechar con imaginación y valentía esta oportunidad histórica que nos pone a prueba”.

Esta petición de ayuda a Cáritas se ha visto reforzada por otro escrito que el delegado episcopal, Alfonso Gutiérrez, ha enviado también a los sacerdotes. “Contribuyamos con nuestros propios medios personales a mitigar esa parte de sufrimiento que es evitable. Que cada uno, en la medida en que su libre discernimiento lo considere adecuado, se sume de corazón al impulso de caridad que estamos viendo y oyendo en estos días, a través de pequeños signos de fraternidad. Es un pequeño gesto, pero dice mucho. No es una apurada formalidad. Es algo que pertenece a la esencia de la vida de la Iglesia. Dios es caridad. Dios es amor. La Iglesia reza, escucha la Palabra y celebra en la Eucaristía el encuentro con Dios, pero vive de amor concreto, y en este amor son privilegiados los pequeños y aquellos que humana y socialmente corren el riesgo de ser siempre olvidados”, les ha trasladado Gutiérrez Estudillo en esa otra misiva.

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