4 de julio de 1902. Han tenido lugar en Madrid los concursos nacionales de taquigrafía, mecanografía y caligrafía cursiva, en los que se disputaron varios premios, donados generosamente por el Banco de España, distribuidos de la siguiente forma: 100 pesetas para el mejor ejercicio taquigráfico de 150 palabras por minuto; 50 para el de 125 y 25 para el de 100. En los ejercicios mecanográficos, iguales cantidades para los de 80, 60 y 40 palabras por minuto. En estas dos especialidades el factor principal es la velocidad, y la lucha entre la taquigrafía, que es el ayer, el pasado, y la máquina de escribir, que es el hoy, el presente, el gran rival y enemigo de la taquigrafía, a la que va al alcance y a la que, tal vez derrotará y desterrará en un futuro no muy lejano, aunque actualmente aún son hermanas la pluma y la máquina. La humilde caligrafía, que nunca tiene prisa, también disfrutó de dos premios de 100 y 50 pesetas y es que todavía se premia la buena letra. A las pruebas se presentaron concursantes de casi todas las provincias españolas.

l Después de diez días, en el curso de los cuales ha pasado la huelga de obreros agricultores por diversas vicisitudes, anoche pudo darse por terminada, gracias a los buenos oficios del alcalde jerezano, señor González Hontoria, que en esta ocasión ha demostrado un tacto y una prudencia encomiables.