Son los otros langostinos de la provincia de Cádiz, mucho menos famosos que sus compañeros de Sanlúcar. Si estos últimos se caracterizan por su gran tamaño, los de estero se caracterizan por todo lo contrario. Son pequeños, entre la quisquilla y la gamba, pero sí conservan la cáscara rallada como sus primos hermanos y un sabor diferente, difícil de definir. Son una de las estrellas emergentes de la gastronomía gaditana.

Su temporada suele comenzar en agosto, aunque varía según los años y se acaban cuando comienzan las primeras lluvias ya en otoño. Se capturan en los esteros de la Bahía de Cádiz y también en la desembocadura de los ríos y se suelen encontrar en algunos bares de la provincia, aunque la lista no es muy amplia.

Se suelen comer cocidos, aunque en algunos establecimientos los sirven también fritos. El precio suele ser bastante inferior al de los langostinos de Sanlúcar, aunque varía en función de las capturas. Estos son los restaurantes donde se suelen encontrar. En Cádiz los tienen en la cervecería La Marea. En San Fernando en Casa Miguel, en la cervecería La Mar de Fresquita y en la marisquería 3x5. En Chiclana los hay en el restaurante Popeye, en Casa Bernardo y también en las cervecerías de Manguita, aunque en estas últimas calculan que no los tendrán hasta principios de septiembre.

En Puerto Real los tiene Casa Manolito, La Taberna de El Puerto y el Bar Dorado. En El Puerto se pueden tomar en el bar El Pescaíto y en el restaurante El Arriate que los pone de una manera muy original fritos y con leche de coco. En Jerez los tiene La Marea de Marcos, que también los ofrece fritos, además de cocidos.