Retrato de otra época

Castro, cuatro generaciones de la familia en la industria gaditana

  • En 1875 inauguraron la la fábrica de harinas Adame&Castro en la calle Abreu y en 1929 la panificadora Castro

Publicidad de Harinera Castro, con una imagen del interior de la fábrica.

Publicidad de Harinera Castro, con una imagen del interior de la fábrica.

La Harinera Castro ha ligado a la familia Castro durante cuatro generaciones a la industria gaditana.

La harinera Adame&Castro abrió las puertas del negocio en la calle Abreu en 1875. Manuel Castro Torrejón, junto con la familia Adame, fueron los socios fundadores, aunque con el tiempo Manuel Castro, que era natural de Puerto Real, adquirió la totalidad del negocio. Se casó con Teresa Ojeda y tras su fallecimiento la harinera pasó a su hijo Félix Castro Ojeda, que fue la segunda generación de la familia en el negocio.

Félix Castro Ojeda se casó con Concepción Lemos y tuvo seis hijos: Manolo, Félix, Rosario, Dolores, Isabel y Teresa. Tras su fallecimiento el negocio pasó a su hijo Félix Castro Lemos, el cual se incorporó al negocio familiar con 18 años comprándole a sus hermanos las partes de la empresa.

Felix Castro Ojeda y Concepción Lemos con sus hijos Manolo, Felix, Rosario, Dolores Isabel y Teresa. Felix Castro Ojeda y Concepción Lemos con sus hijos Manolo, Felix, Rosario, Dolores Isabel y Teresa.

Felix Castro Ojeda y Concepción Lemos con sus hijos Manolo, Felix, Rosario, Dolores Isabel y Teresa.

Félix Castro Lemos se casó con Elda Valerio y tuvieron siete hijos: María Elda, Félix, Manuel, Honorato, Luis, Humberto y Carlos. Y al fallecimiento de Félix Castro Lemos, la fábrica pasaría a sus hijos Manuel y Humberto Castro Valerio, hasta que en 1975 fue adquirida por el grupo Molinero de España. En 1980 la fábrica tuvo un incendio provocado por unos okupas, que hizo que ardiera todo su interior al arder la madera y el polvo de la harina almacenada. Después del incendio, el solar fue adquirido por un grupo inmobiliario, que construyó diferentes edificaciones en los 3.600 metros cuadrados que habían ocupado las fábricas.

La fábrica de la Harinera tenía planta baja y tres plantas dedicadas a las oficinas y al almacenamiento de trigo. En su momento, su construcción fue de las fábricas más novedosas de España con su maquinaria Bühler. La fábrica suministraba la harina a Cádiz y a toda la provincia, y a mediados del siglo XX se exportaba a Egipto harina extra que era vigilada por el servicio racional de trigo. La harina en la producción se distribuía en sus comienzos por carros tirado por mulos.

La fábrica de harina al principio tenía treinta y seis trabajadores, que se repartían en tres turnos de trabajo, y luego con la evolución de la maquinaria bajó a dos turnos de trabajo con ocho trabajadores en cada turno. También disponían de un taller de carpintería en su interior, con dos carpinteros que eran los que mantenían el interior del edificio, que era completamente de madera. De igual modo había un taller para el mantenimiento de toda las máquinas.

Una foto de finales del XIX donde se ubicaba la Harinera Castro, entre la calle Abreu y el Campo del Sur. Una foto de finales del XIX donde se ubicaba la Harinera Castro, entre la calle Abreu y el Campo del Sur.

Una foto de finales del XIX donde se ubicaba la Harinera Castro, entre la calle Abreu y el Campo del Sur.

En 1929 Félix Castro Lemos inauguró la Panificadora Castro, en un nuevo edificio, contiguo a la fábrica. Ello fue una sociedad adjunta a la harinera con doce hornos de leña a la antigua. En la planta baja ocho hornos y otros cuatro en la tercera planta. La maquinaria de la panaderí, ocupaba la planta baja. La fábrica llegó a producir 22.000 kilos diarios que suministraba a Cádiz, San Fernando y Rota. Cádiz llegó a tener 18 sucursales ubicadas en Astilleros, Puntales, plaza de Argüelles y plaza Candelaria, entre otras ubicaciones. Y en San Fernando llegó a tener diez sucursales.

Tuvo un total de 60 trabajadores entre todas las sucursales. La panificadora elaboraba harinas, sémola, pan y bollería. En sus inicios el producto se distribuía con varios carros tirado por caballos.

Agradecimiento por la fotografía y colaboración del artículo a Humberto Castro Valerio.

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