Los gritos de Viva España resonaron este viernes con fuerza, sin ningún temor, en la plaza de la Catedral. En estos tiempos en que presumir de patria y bandera convierte en fascista hasta al mayor de los progresistas, 130 personas desfilaron ante sus vecinos sin un atisbo de rubor para besar la roja y gualda, para jurarle lealtad, al paño y a lo que simboliza, a unos valores constitucionales construidos sobre una transición repleta de hombres lo suficientemente hombres como para enterrar una guerra y 40 años de dictadura, para avanzar sin olvidar el pasado pero pensando en el futuro, anteponiendo el bien general al dolor propio.

Esas 130 personas, hombres y mujeres de todas las edades y condición, fueron sólo un detalle en una jornada cargada de ellos. Como lo fue ver desfilar por la calle Pelota a una compañía de la Guardia Civil precedida por una banda de música de la Armada entre vítores y aplausos. Aplausos a los héroes, porque héroes son los que se juegan la vida por sus semejantes. Y ellos, los miembros de una institución que en este 2019 cumple 175 años de su fundación, lo hacen a diario, en la lucha antiterrorista, contra el narcotráfico o la delincuencia organizada.

La tradicional festividad de la patrona del Instituto Armado, la Virgen del Pilar, y del 175 aniversario de la fundación del cuerpo, se celebró en esta ocasión en la plaza de la Catedral. Fue un emotivo acto presidido por el subdelegado del Gobierno, José Pacheco, y el teniente coronel jefe accidental de la Comandancia de Cádiz de la Guardia Civil, Luis Martín. El evento, que históricamente se celebraba en la Comandancia, salió en esta ocasión a las calles para disfrute de los ciudadanos.

En el acto estuvo muy presente la figura de Alfonso Rodríguez Castillo, recientemente ascendido a general de brigada de la Guardia Civil y que hasta la pasada semana fue el coronel jefe de la Comandancia gaditana. “Gracias por tu profesionalidad y dedicación. Has sido un ejemplo de servicio a la sociedad con quien he compartido momentos alegres”, dijo el subdelegado, José Pacheco, aludiendo a acontecimientos como el Circuito de Jerez o el dispositivo Rocío Seguro”. Y también a días muy tristes como los vividos durante la búsqueda de Luis Díaz Morillo, un joven natural de Vejer que encontró la muerte cuando practicaba submarinismo. Para Pacheco, esas jornadas “fueron todo un ejemplo de saber estar y humanidad ante el dolor de una familia”, comentó.

El subdelegado tampoco quiso dejar pasar la oportunidad para recordar al guardia civil fallecido el pasado mes de mayo en el Campo de Gibraltar cuando perseguía a unos narcotraficantes, Fermín Cabello, o al agente que estaba fuera de servicio con su hijo y que persiguió y facilitó la detención de cuatro hombres de nacionalidad extranjera que habían tirado a la cuneta varios cuerpos tras el sonado vuelco de droga en Chipiona. “Nunca dejéis de sentiros orgullosos de pertenecer a la Guardia Civil”, dijo.

El subdelegado finalizó su discurso animando continuar con la labor de garantizar la seguridad de todos con la participación de “muchas más mujeres”, recordando el 30 aniversario de la incorporación de la mujer en el Cuerpo.

Por su parte, Luis Martín también se acordó de Rodríguez Castillo, así como de los familiares de Luis Díaz Morillo. “Lorena, su mujer, y Serafín, su padre, como tantos otros,nunca nos presionaron, nunca nos exigieron nada, no pidieron explicaciones. Depositaron en nosotros la búsqueda de su ser querido y confiaron en que lo encontraríamos. Mantuvieron la entereza, animándonos con ello a nosotros. Esa actitud, antes que cualquier estadística, encuesta o medalla, es la que nos llena, la que da sentido a cuanto hacemos”.

El teniente coronel habló de esos héroes anónimos con que cuenta el cuerpo. “Hoy quiero referirme a esos héroes anónimos, esos guardias civiles que cada día se vuelcan en desafíos, retos que pueden resultar banales para algunos, que no tienen eco mediático, ni levantan titulares mañaneros. Ser un héroe no solo es salvar vidas o llevar a cabo grandes hazañas. Ser un héroe es saber ser ejemplo de entereza, de integridad; saber asumir el protagonismo de la vida en situaciones complicadas y comprometerse con algo más que con uno mismo. Ser un héroe es una actitud, no un resultado”, indicó.