Cádiz y San Fermín

En la iglesia del Rosario se encuentra una imagen de San Fermín, unida a la presencia en Cádiz de una próspera y culta comunidad navarra. Al frente de la cual, Juan Bautista de Ustáriz, conde de Reparaz, promovió en 1785 la construcción del retablo de San Fermín - San Fermín de los Navarros - que se encuentra en el lado de la Epístola de dicho templo de nuestra capital. Ustáriz tuvo una gran amistad con el Marqués de Valde- Íñigo, quien donó 20.000 reales de vellón para la construcción de la obra. De igual modo, participó, junto a muchos miembros de la comunidad, de la devoción a Nuestra Señora de la Antigua y de la práctica de los ejercicios de la Pasión del Señor en la Santa Cueva. Lo cierto es que el retablo se diseña en 1784 inspirado según los principios de Vignola, Serlio y Andrea del Pozzo, que ya imperaban en Cádiz en la segunda mitad del siglo XVIII.

El retablo, de una gran belleza, es fruto de la feliz colaboración entre Torcuato Benjumeda y Cosme Velázquez, autor este último de una amplia obra en nuestra capital y director de escultura de la Academia de las Tres Nobles Artes. Suyo es el San José de la portada de la iglesia homónima en extramuros, donde se dan unas características parecidas en cuanto a la composición de las figuras, entre el movimiento barroco proveniente de la Roma de Bernini y los ideales de la Ilustración que, poco más tarde, desembocarán en el estilo neoclásico.

A Cosme Velázquez debemos una amplia e interesante obra: Yeserías de la Santa Cueva, donde destacan los altorrelieves de la Comunión Milagrosa de San Estanislao de Kostka y la Primera Comunión de San Luis Gonzaga, el monumento a Gravina para la iglesia de El Carmen de nuestra ciudad, actualmente en el Pabellón de Marinos Ilustres de San Fernando; los relieves numismáticos y mitológicos de la fachada del Ayuntamiento de Cádiz, el bellísimo Cristo del presbiterio de la parroquia mayor de San Pedro y San Pablo de San Fernando, el retrato de Alejandro Risso, de origen genovés que financió las obras de la Cárcel Real y cuyos intereses sirvieron para construir el Hospicio gaditano; ángeles tenantes de la iglesia de San Juan Bautista de Chiclana o los desaparecidos de la iglesia de San José extramuros de nuestra ciudad.

La comunidad navarra en Cádiz fue importantísima desde el punto de vista económico ya que se dedicó principalmente al pujante comercio con América, siendo muchos de ellos navieros como Martín de Aguirre, José de Arquellada, Simón de Echazuría, José de Lacoizqueta, Juan Felipe de Ustáriz y su hijo Juan Bautista de Ustáriz, conde de Reparaz, quien financió el retablo de San Fermín de nuestra parroquia gaditana. Muchos de estos, podrían vigilar desde nuestras altas torres miradores, las mercancías venidas de América, especialmente de Valparaíso, como el bergantín 'Jesús, María y José' o la fragata 'Nuestra Señora de la Concepción', así como los navíos 'Dragón' y 'Caridad'.

San Fermín de los Navarros y el Rosario de Cádiz. Una bonita metáfora que el arte nos regala.