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Cádiz| Día de las Personas Desaparecidas sin Causa Aparente

"Lo único que le pido a Dios es que Pepe aparezca, sea como sea"

  • En diciembre se cumplieron nueve años de la desaparición de José Quijada, propietario del Bazar Séneca de Cádiz

  • Su mujer, Isabel Fernández de la Vega, no quiere que el caso quede en el olvido

"Lo único que le pido a Dios es que Pepe aparezca, sea como sea; y saber lo que le ha pasado". Este es el deseo de Isabel Fernández de la Vega, mujer de José Quijada –propietario del Bazar Séneca de la calle Ancha– en el Día de las Personas Desaparecidas sin Causa Aparente, que se ha celebrado este lunes. Nos recibe en su establecimiento, donde cuelga el cartel de "Se alquila".

José Quijada fue a Tánger a recoger mercancía que había comprado para su tienda el 18 de diciembre de 2010 y nunca volvió. Su mujer cuenta que embarcó en Tarifa con su coche y dos pequeños perros, y tenía previsto volver el mismo día vía Algeciras, por lo que debía coger el ferry de vuelta en el nuevo muelle de Tánger, que está a 40 kilómetros de la ciudad. "Salió de Cádiz a las dos menos cuarto de la tarde. Llovía a mares. Cuando ya estaba dentro del ferry, me llamó por teléfono y me dijo que en 35–40 minutos estaría en Tánger. Quedamos en que yo le llamaría sobre las ocho y media para avisarle de que se tenía que tomar una pastilla nueva, pero cuando le llamé, tenía el teléfono apagado o fuera de cobertura. Estuve llamando hasta las diez y media o las once de la noche”, recuerda.

Al día siguiente pusieron la denuncia de la desaparición y a los dos días, Isabel se fue a Tánger con uno de sus hijos a buscarlo. "Estaba muy preocupada porque él tiene problemas de salud. Es diabético y tenía que pincharse insulina dos veces al día, además, tomaba sintrom y solo se llevó medicinas para un día". Hablaron con los dos fabricantes a los que les había comprado la mercancía; ambos les dijeron que estuvieron con él y que les había pagado. También contactaron con la persona que le ayudó a trasladar la mercancía: "Nos dijo que él lo acompañó hasta el coche y lo dejó allí". A partir de ahí, se pierde la pista de José Quijada, su coche y los dos perritos.

Isabel afirma que el tema "está en manos de la Policía Nacional, que nos dijo que había peinado el trayecto desde Algeciras hasta aquí, por si había tenido un accidente de tráfico a la vuelta; porque la Policía de Marruecos dice que él pasó la aduana en el puerto".

Esta mujer destaca que su marido "salió por el segundo muelle más importante de Europa, donde debe haber cámaras, y si pasó la aduana y enseñó el pasaporte, tiene que estar registrado. Pero nosotros nos pusimos en contacto con el cónsul de Marruecos en Algeciras, que estuvo investigando también, y no logra saber en qué barco salió de vuelta esa noche". Tampoco saben si desembarcó en Algeciras, ya que cuando desapareció José Quijada, "el puerto de Algeciras llevaba dos meses con las cámaras estropeadas, y eso no puede ser", lamenta su mujer, "porque si hubieran estado funcionando, se hubiera visto si llegó o no a Algeciras".

Isabel está convencida de que su marido "no está vivo. Le pasó algo ese día, porque si estuviera vivo, hubiera hecho algún movimiento en la tarjeta sanitaria, porque él necesitaba su medicación, o en la tarjeta bancaria. Pero no ha habido ningún movimiento desde entonces. Yo sé que hay mucha delincuencia en los alrededores de Tánger; creo que alguien quiso robarle y se le fue de las manos. Como él tomaba sintrom, se desangraría y lo habrían quitado de en medio. Lo mismo harían con los perritos. Luego se quedarían con el coche y lo desguazarían". Señala que la Policía Nacional ha reconocido que esa es una de las hipótesis que se baraja. Ella sostiene que "en Marruecos saben algo de lo que pasó, pero no lo quieren decir".

Dice que ha escuchado algunos comentarios de que Pepe sigue vivo y que tiene otra familia en Marruecos, pero ella es tajante al respecto: "Si fuera así, me lo hubiera dicho. Estoy muy segura, porque teníamos mucha confianza".

Tras la desaparición de José Quijada, la familia organizó varias manifestaciones, pero tuvo que dejar de hacerlo "porque económicamente no podíamos". Su mujer no sabe si la Policía sigue investigando "porque no nos dicen nada", pero "no me gustaría que quedara en el olvido".

Tanto para ella como para sus hijos, estos nueve años y tres meses "han sido muy duros". Aunque toda la familia cree que no está vivo, ella cuenta que "todavía me da la sensación de que un día lo voy a volver a ver entrar por la puerta".

Isabel se despide repitiendo su deseo: "Lo único que le pido a Dios es que Pepe aparezca, sea como sea; y saber lo que le ha pasado".

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