La reunión acabó y el alcalde de Puerto Real, José Antonio Barroso, daba vueltas por la sala mientras que los medios asediaban a preguntas al ministro de Fomento, José Blanco. Parecía no sentirse cómodo, para arriba y para abajo, no paraba de dar vueltas por la sala, hasta que terminó abandonándola para intercambiar en los pasillos de la Diputación unas palabras con la alcaldesa de la ciudad, Teófila Martínez.

Tras unos segundos comentaba a Diario de Cádiz que ante todo, la visita de los ministros había sido positiva, “siempre es positivo cuando un representante del Estado viene hasta aquí a dar aclaraciones” comentaba. Pero una vez en materia, la silueta cambiaba. El edil puertorrealeño no estaba contento con las decisiones de la Administración central en relación a una infraestructura que finaliza o empieza en su término municipal; “no me encuentro entre la corte de palmeros que lo celebra”, indicaba.

De hecho, aprovechó el viaje del responsable de la cartera de Fomento para entregarle en mano dos cartas y un expediente. En éste hace alusión al peligro para los trabajadores y para la eléctrica que entraña la poca distancia de una de las pilas del puente a una torre de alta tensión. Para elaborarlo ha contado con la colaboración de la compañía Endesa.

En cuanto a las dos cartas, en la primera le recuerda a Blanco las obras públicas que su Ministerio tiene pendiente de ejecutar en la localidad que gobierna. En cuanto a la segunda, aprovecha la ocasión también para darle a conocer el problema en Tres Caminos, por si aún no han sido suficientes los kilómetros de atascos provocados en estos últimos años.

Para este político, sí hay que mirar al Doce, existen otras obras de mayor importancia que no se van a acometer, entre ellas las del Real Carenero y el puente Zuazo. “Fue una zona fundamental en la defensa de la patria durante los acontecimientos acaecidos”.

En cuanto al puente tiene claro que “es una obra más emblemática que efectiva”. En primer lugar señalaba a modo de comparación que con menos presupuestos se podía haber ampliado el puente Carranza, “que ya con el carril reversible ha mejorado” decía.  Y en segundo lugar señalaba la efectividad de la obra: “Terminará en Cádiz en una rotonda con una pendiente del 5% que encima va a estar regulada por un semáforo”. A pesar de todo, se mostraba positivo y añadía que no está en contra de su construcción.