Polémica Cinco euros al turismo por entrar en Venecia: una tasa muy alejada de la situación actual en Cádiz

Desarrollo inmobiliario

El Ayuntamiento limitará las piscinas en la azoteas de Cádiz

  • Sólo se autorizará en los hoteles 

  • La empresa de Aguas advierte del elevado consumo que provoca estos equipamientos 

  • No se descarta una tasa específica para las ya existentes

La piscina del Parador, un clásico en Cádiz.

La piscina del Parador, un clásico en Cádiz. / D.C.

La concejalía de Urbanismo de Cádiz está elaborando una nueva regulación para la instalación de piscinas en las azoteas de la ciudad. La intención es cortar el aumento de fincas con este equipamiento que se ha incrementado de forma considerable en los últimos meses. El trabajo técnico se está preparando en colaboración con la empresa municipal Aguas de Cádiz.

El objetivo del Ayuntamiento gaditano es que sólo puedan tener piscinas los equipamientos hoteleros, dejando fuera de esta normativa a los hostales, pensiones, apartamentos turísticos y conjuntos residenciales. Además, no se descarta imponer una tasa específica por el uso de esta infraestructura en los casos en los que ya esté en funcionamiento.

Lo cierto es que en los últimos meses han sido numerosos los proyectos que la Comisión de Patrimonio ha estudiado en los que se incluían una piscina en el ático. En algunos casos se ha rechazado esta petición al afectar la nueva estructura a viviendas colindantes, en otros, por el contrario, han salido adelante ya que en el actual planeamiento urbano no hay una limitación clara sobre estas construcciones.

"Lo que antes era un proyecto ocasional ahora se está convirtiendo en una norma", destaca el teniente de alcalde de Urbanismo, Martín Vila, en vista a las actuaciones que llegan a su departamento para la correspondiente autorización.

Si el PGOU no pone un impedimento directo, sí es obligatorio presentar la calificación medioambiental en los casos en los que en el inmueble se desarrolle una actividad económica de la que forma parte la piscina a construir. Es el caso de los hoteles. Sí se puede rechazar si se choca con la tranquilidad del vecino. Pone como ejemplo Vila un proyecto que se descartó en la calle Montañés, ya que la piscina se había ubicado junto a la vivienda de la casa vecina, con todo el ruido que ello le podía ocasionar.

El PGOU también limita la altura de la instalación en las azoteas de piscinas movibles, con una altura máxima del vaso de 1,20 metros. Aquí también se han rechazado algunas propuestas llegadas a Urbanismo.

Junto a ello, desde el Ayuntamiento se constata que algunos proyectos residenciales que incluyen la piscina, acaban siendo utilizados como pisos turísticos sin haber pasado antes por los controles medio ambientales.

Más allá de esta situación, Martín Vila constata una realidad: las piscinas como tal no son a priori un elemento propio de la idiosincrasia de la casa gaditana, donde la azotea se han destinado a tender la ropa o a punto de reunión de los vecinos de la finca para charlar mientras los pequeños juegas.

"Necesitamos garantizar la convivencia vecinal y evitar las actividades encubiertas que puedan generar problemas", constata Vila que, además, recuerda la existencia de más de 8 kilómetros de playas de las que disfrutan los vecinos y visitantes a Cádiz.

Varias promociones que se anuncian en Puerta Tierra también incluyen piscinas, aunque en muchas se instalan en los patios inferiores, incluso con alguna zona ajardinada. Hay también en el mercado inmobiliario más reciente bajos con piscina para uso particular de los residentes en esa vivienda. En Puerta Tierra ya existen desde hace unas décadas algunos inmuebles con piscina de uso exclusivo para determinados residentes.

Junto a todo ello, desde el Ayuntamiento se evidencia también el enorme gasto de agua y de energía que supone la utilización de estas piscinas y su mantenimiento.

Para la concejala y presidenta de Aguas de Cádiz, Ana Fernández, "es un sin sentido que en este contexto de lucha contra el cambio climático y necesidad de ahorrar agua, se instalen estos equipamientos extras que no son necesarios en una vivienda2.

Sin llegar a situaciones extremas de hace unas décadas, lo cierto es que la falta de lluvias suficientes está provocando un notable descenso de las aguas en los embalses."El agua es un bien escaso por lo que estas piscinas entran en conflicto con la necesidad de regular su uso". Por ello, el Ayuntamiento no descarta la imposición de una tasa específica por el uso de estos equipos, frente a los que usan el agua de forma responsable y sólo para las necesidades básicas del día a día.

Martín Vila coincide con este análisis "ante el objetivo de defender el medio ambiente y la sostenibilidad, todo ello ligado a una gestión ética y responsable de nuestros recursos hídricos y, también, de eficiencia energética, por el alto consumo de luz que su uso implica".

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