Absueltos ocho estudiantes procesados por injuriar a un profesor en Twitter
Los alumnos pidieron perdón al docente en el juicio y éste retiró entonces la acusación
Criticar, cuestionar e incluso insultar a un profesor. Lo que antes se hacía en la cafetería del bar de la facultad o la escuela con los compañeros de clase hoy se ha trasladado a las redes sociales, donde una aparente impunidad da rienda suelta a una libertad de expresión que, en ocasiones, pasa factura. Y es que injuriar a un docente on line puede tener consecuencias legales.
No fue así en el caso que ahora relatamos. El Juzgado de lo Penal número 1 de Cádiz ha absuelto a ocho estudiantes de la carrera de Ingeniería, cuando la Escuela Superior estaba aún en la capital, acusados de injuriar a un profesor de la Universidad de Cádiz a través de una red social en el año 2013.
La vista oral, que se celebró recientemente en el mencionado juzgado de la capital gaditana, se desarrolló a medias. El juicio comenzó con la declaración de los jóvenes procesados, que admitieron haber insultado a través de Twitter al docente durante el año académico en el que les dio clases. Los alumnos reconocieron las expresiones insultantes vertidas contra él, si bien afirmaron que no las habían proferido con intención de injuriarlo, sino como una crítica a la conducta del profesor, que había cambiado los criterios de evaluación en varias ocasiones durante el curso, lo que molestaba a los estudiantes.
Acto seguido tomó la palabra el profesor denunciante. Su intervención fue breve: el Ministerio Fiscal le preguntó si estaba dispuesto a retirar su acusación siempre y cuando los chavales le pidieran perdón por los comentarios publicados en internet. El docente aceptó las disculpas de los estudiantes como resarcimiento al posible daño causado a su persona, así que no fue necesario continuar con el juicio.
Al tratarse de un delito contra el honor y, por tanto, privado (es decir, que sólo se persigue a instancia de la parte afectada), se procedió a absolver al grupo de estudiantes.
En este caso se da la circunstancia de que el profesor ya fue sancionado por la Universidad gaditana por modificar los criterios de evaluación de la asignatura que impartía sin avisar a sus alumnos, lo que dio lugar a la queja formal de los mismos. No obstante, dicha sanción no es firme, porque aunque el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo (ante el que recurrió el profesor) la ratificó, está pendiente del recurso que nuevamente interpuso el docente ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
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