Un 8M en Cádiz con la agenda feminista a debate
Día de la Mujer Trabajadora
El feminismo gaditano alcanza el Día de la Mujer reflejando la realidad nacional, la de un movimiento fuerte pero con la autodeterminación de género y la prostitución como elementos de discusión
Cádiz/Fuerte, combativo, con una salud de hierro, permeable en el conjunto de la sociedad como hacía décadas que no calaba un mensaje y, con todo, abierto en canal a un debate que no es nuevo pero que genera tensiones internas innegables. Así llega el feminismo gaditano, fiel reflejo del estado de forma feminismo en todo nuestro país, a una de sus fechas clave, un 8 de marzo que, recordemos, hace cuatro años marcó una jornada histórica para el movimiento logrando una movilización sin precedentes materizalizada en una huelga general, paros parciales y manifestaciones multitudinarias en toda España.
Y aunque hoy la extraordinaria visión de la gran marea violeta bañando las principales vías de los pueblos y ciudades de nuestra geografía se nos antoje como un espejismo, lo cierto es que el movimiento feminista consiguió su principal objetivo que, por supuesto, no era la escenificación sino la transformación. “Digamos que hasta la palabra feminismo da menos miedo, más personas la pronuncian sin resquemor y se declaran feministas. Eso sí, con sus excepciones, y con confusiones en la terminología, con el florecimiento de distintas visiones del feminismo que, a veces, desvían la agenda feminista de su sujeto político que es la mujer”.
Es la experta en políticas de igualdad, género e identidades Susana Ginesta la dueña de estas declaraciones y quien pronto señala las dos piedras de toque sobre las que rompe la llamada cuarta ola feminista: una, quizás, más novedosa, la cuestión de identidad de género y una disputa clásica, y hasta ahora irresoluble, en el seno del movimiento, la posición frente a la prostitución.
“Claro, esta diferencia se nota en el feminismo de Cádiz y en el de todas partes, pero yo entiendo que, a veces, esta división ocurre por falta de una teoría profunda. Falta mucha formación y, como te decía, eso empaña el sujeto político del feminismo. Hay que tener mucho cuidado con eso porque ya sabemos que el capitalismo lo fagocita todo, es muy fácil perder el norte, y meter otras luchas diferentes en la agenda feminista”, apuesta Ginesta que recalca que “cada lucha necesita tener un camino, unas armas distintas para combatir sus problemáticas, una teoría diferente y unas acciones diferentes”. “No se pueden mezclar luchas muy diversas porque al final terminamos dispersando el problema central”, reflexiona la activista gaditana sobre una de las aristas de un debate que se hace más visible para la ciudadanía en días como el 8 de marzo o el 25 de noviembre (Día contra la Violencia Machista), que en los últimos años cuentan con convocatorias diferentes según la manera de abordar estas cuestiones que tenga el colectivo organizador.
La cuestión, en realidad, es simple. ¿Un feminismo o unos feminismos? El posicionamiento municipal no deja dudas desde el nombre de la concejalía que comanda Lorena Garrón, Feminismos y LGTBIQ+.
“Para poder solucionar los problemas internos que pueda tener el feminismo lo primero es verlos, saber cuáles son y analizarlos. Yo, a nivel personal, puedo tener mis peros con algunos aspectos de las últimas leyes que están intentando sacar desde el Ministerio de Igualdad pero suponen también avances importantes. Es obvio que el enfrentamiento entre los socios de Gobierno por temas como la abolición de la prostitución y la Ley Trans está haciendo mella en el feminismo y eso nos debilita pero, por eso mismo, es una realidad que tenemos que afrontar y abordar”, asegura la concejala que desearía “consensuar algunos aspectos” en los que cree que todas las feministas están de acuerdo, “como nuestro rechazo total a la trata”, ejemplifica, y “si no consiguiéramos ponernos de acuerdo en todo”, dice, “sí estaría bien dejar esas diferencias aparte tanto en los momentos duros, en los ataques de la extrema derecha y la derecha al movimiento feminista, pero también en días de reivindicación como el 8 de marzo y el 25 de noviembre porque es mucho más lo que nos une”, opina.
Junto a la concejalía, la Coordinadora 8M Cádiz –que integra colectivos como Amazonas, Colectiva La Jarana, el colectivo LGTBI Aghois y APDHA– apuesta por esta corriente “inclusiva” que opta por abrir la agenda feminista “asumiendo que también son diferentes los obstáculos con los que se encuentran las mujeres trans o las mujeres racializadas” e incluyendo también otras luchas dentro del propio feminismo. “Para nosotras es muy doloroso que haya una parte del feminismo que no reconozcan a las compañeras trans y a las mujeres que asumen libremente la prostitución como un trabajo o que quieren conseguir derecho a una seguridad social y a una pensión”, explicaba esta misma semana Sandra Reyes de la asociación Amazonas a este respecto.
Pero hay otro posicionamiento, el que ya apuntaba Ginesta, que en la ciudad defienden asociaciones como Radfem, Carnaval Feminista o Cádiz Abolicionista. Mayca Romero, vicepresidenta de esta última organización lo explica: “Nosotras, obviamente, respetamos las luchas sociales justas de todos esos colectivos pero, nos preguntamos, ¿quién entonces va a luchar por los derechos de las mujeres? Quiero decir, el lema de la manifestación que se ha convocado, por ejemplo, que es contra la precariedad laboral de las mujeres, por supuesto que estamos de acuerdo que hay que acabar con eso pero ya tenemos a otros colectivos como los propios sindicatos que deberían de atajar esa problemática. A nosotras lo que nos preocupa son los puntos de la agenda feminista que sólo podemos defender nosotras como el progresivo borrado de mujeres”.
En este sentido, Romero advierte, que “algunas premisas de la ley de autodeterminación del género puede ocasionar retroceso” en los derechos por los que se ha luchado durante tantos años. Pone un ejemplo: “Si hasta hace poco sabíamos que la ley de Violencia de Género, que tanto trabajo ha costado a las mujeres conseguir, estaba dirigida a proteger a las mujeres, en cuanto que existe una autodeterminación de género, ¿a quién va dirigida, a todo el que diga que es mujer o a las mujeres?, es que son dos cosas distintas”, cuestiona apostando por “un proceso de seguimiento en esa disconformidad del género de las personas” para evitar “que cualquier persona se aproveche de situaciones jurídicas que las mujeres hemos ido consiguiendo” porque, destaca, “nadie nos ha regalado nada”.
Cádiz Abolicionista, obvio, también tiene un posicionamiento muy claro sobre la prostitución. “De hecho, te diría que uno de los grandes retos que tiene por delante el feminismo es conseguir de manera urgente una ley abolicionista estatal, para paliar ese vacío legal que hay en torno a la explotación sexual, y poder reforzar con esa ley nuestras fronteras por la entrada de trata de mujeres con fines de explotación sexual. Cádiz tiene en ese aspecto una idiosincrasia específica porque no podemos tener un conteo de ellas ya que entran por aquí a través de las mismas mafias que organizan la trata de inmigrantes, con lo cual son reconocidas como trata de inmigrantes aunque el motivo real de cruzar la frontera es su explotación sexual”, defiende la vicepresidenta que, recuerda, que España está en el tercer puesto europeo de consumo de prostitución “y en buena parte se debe a que tenemos espacios abiertos para que el proxenetismo se encuentre absolutamente cómodo y, recordemos, que la trata se nutre de la prostitución y que si no hubiera demandantes no existiría la trata y por ello no hacemos separación entre prostitución y trata”, argumenta.
Siguiendo con los retos que tiene por delante el movimiento, Ginesta hurga más en la raíz y apunta a “una mayor formación”. “Nos tenemos que formar de manera profunda no sólo en una conciencia feminista sino en los conceptos para tener una agenda clara. Eso nos llevaría a todas a tener muy presente que la abolición de la prostitución y de los vientres de alquiler serían cuestiones centrales y, a partir de ahí, empezar a trabajar sobre dónde queremos estar las mujeres, si queremos formar parte de un mercantilismo que nos perjudica”, apunta.
Para la edil del Ayuntamiento gaditano y activista, los nuevos desafíos que presenta el feminismo miran hacia “la interseccionalidad” y la “transversalidad”. “La transversalidad es un reto muy bonito pero muy grande pues se trata que desde todas las esferas de la sociedad se luche por los derechos de las mujeres, que no sea vea como una parcela y que tiene que atravesar, si hablamos de Cádiz, todas las concejalías, todas las áreas, desde el deporte a la cultura, pasando por la economía reconociendo los cuidados y poniéndolos también en el centro de la construcción de una nueva sociedad”, explica la edil que ya trabaja en el I Plan de Cuidados de la Ciudad de Cádiz.
“La interseccionalidad –define– abordaría que la consecución de los derechos llegue a mujeres en precario, a mujeres de la clase trabajadora, mujeres trans, mujeres racializadas, mujeres que quizás por ser de otra generación no se han acercado al feminismo aunque lo practiquen sin saberlo cada día, a ellas nos tenemos que acercar y tienen que estar representadas para poder conocer y visibilizar esos problemas que ellas sufren en sus carnes”.
Las mujeres prostitutas también son abrazadas en esta visión. “Para ponernos de acuerdo en este tema creo que queda un largo camino. El posicionamiento sobre la prostitución es un asunto que ha dividido históricamente al feminismo pero que durante unos años se dejó de lado. Hay algunas activistas que intentamos encontrar una postura consesuada pero es complicado. Pero lo que opino, y por lo que trabajo, es por hacer parte a esas mujeres del movimiento feminista, que ellas tengan su propia voz, que las escuchemos, y, por supuesto, que tengan garantizados los derechos humanos como el resto de la sociedad. Por eso, más allá del debate de abolicionismo/ regulacionismo, que creo que es un debate obsoleto, por lo que hay que trabajar es por que ellas formen parte de la toma de decisiones y que se le garanticen los derechos humanos. Eso es lo importante”, sostiene Garrón que piensa que “en la raíz del feminismo está conseguir los derechos de facto para todas las mujeres, para todas” y que recalca que “el consenso” existe “sin duda” sobre la trata. “No hay ningún tipo de feminista ni de feminismo que no piense que tiene que desaparecer de facto, acabar con ello realmente”.
Sin embargo, desde Cádiz Abolicionista, Romero recuerda cómo el pasado mes de septiembre no se llegó a aprobar la moción que presentaron para que Cádiz se adscribiera a la Red de Municipios contra la Trata “porque el Gobierno municipal presentó una enmienda al documento, un documento que no lo inventamos nosotras sino que es un documento que se ha aprobado igual en otros ayuntamientos, para eliminar de él la persecución a proxenetas y la multa a los puteros”, lamenta la abolicionista “muy decepcionada” con esta decisión.
Una voz histórica en el feminismo de nuestra ciudad, Josefina Junquera, no sólo comparte con Garrón el haber sido responsable de la entonces área de Mujer del Consistorio gaditano, también cree en un feminismo donde “las prostitutas, aunque nadie es prostituta por gusto”, precisa, “tengan sus derechos, sus controles sanitarios y todo lo necesario para una vida sana”, y un feminismo “abierto, que sume, que agregue en vez que reduzca”. “No me gusta ningún tipo de reduccionismo ni de nacionalismo así que en este tema, tampoco, cuantas más luchas y más integrador sea el movimiento pues creo que será más rico”, opina aunque sí confiesa que hay algo de esta nueva corriente que le chirría: “El lenguaje inclusivo... Será por mi formación como lingüista, y porque amo profundamente nuestra lengua, que pienso que el lenguaje inclusivo enturbia el lenguaje. Además, creo que lo que merece la pena es centrar nuestros esfuerzos en ir al fondo de las cuestiones, de la igualdad, de conseguir un feminismo reivindicativo real y que solucione problemas reales”.
Junquera recuerda entonces aquellos finales de los setenta, principios de los ochenta, cuando llegó al Ayuntamiento y junto a un equipo de mujeres “magníficas” puso en marcha el Centro de Asistencia a la Mujer (en lo que hoy es la guardería municipal). “Entonces lo que teníamos por abordar era el tema de la elección de la maternidad, lo que significaba la libertad de la mujer para elegir, para que su vida no dependiera del azar del embarazo o del marido que lo planificara. Desde el primer momento ofrecimos atención psicológica, había ginecólogos que las exploraban y le ponían el DIU o les recetaban anticonceptivos, también teníamos a una mujer abogada que las asesoraba en temas de divorcio, de custodia y tutela... Vivimos mucho allí y creo que se hizo mucho bien por las mujeres gaditanas”, rememora la feminista que se siente especialmente orgullosa de un programa que puso en marcha “sobre enfermedades de transmisión sexual con un catedrático en Microbiología”. “¿Te acuerdas de la campaña Póntelo, pónselo? Pues antes de eso, aquí en Cádiz, ya estábamos nosotros trabajando ese tema con nuestras usuarias y con las asociaciones de vecinos que tengo que decir que ya entonces eran muy paritarias”.
Lecturas de la revista Vindicación feminista, “donde se escribían artículos sobre teoría feminista pero de forma directa y accesible para todos, sin extravagancias, ni pomposidad en el lenguaje”, un impulso importante a las guarderías, “nos interesamos mucha por la liberación de la mujer a través de ahí”, y consultas donde “se resolvían muchas dudas sobre el aborto, sobre la custodia de los hijos, lamentablemente, muchos casos de violencia también”, explica, se resolvían en aquel Centro donde Josefina Junquera siente que tenían “un poder real para poder transformar las condiciones de vida de las mujeres gaditanas”.
¿Fácil? En 300 años de historia el feminismo nunca lo ha tenido fácil. “Avanzamos, por supuesto, pero siempre va a haber un motivo político, económico o social para que nosotras perdamos derechos”, lamenta Mayca Romero; “todavía seguimos recibiendo ataques pero el feminismo nos ha regalado cosas como la sororidad, la resiliencia y el empoderamiento que nos ha fortalecido ante las críticas que siempre las va a haber”, cuenta Ginesta; “ante un movimiento que se hace fuerte y que cala en la sociedad como ha calado el feminismo, sus enemigos, la extrema derecha, y la derecha también, reaccionan también con fuerza, pero hay un tejido fuerte”, dibuja Garrón. “¿Fácil? Supongo que ahora tampoco es fácil pero ni por asomo lo era en aquella época, ni fue fácil ni encontramos toda la comprensión que hubiéramos querido”, confiesa Junquera.
“Hubo que luchar mucho, dar mucha teórica, hacer que los compañeros varones se metieran en la piel de esas mujeres para que comprendieran lo que estaban sufriendo, arrancar dinero de donde no había, porque partíamos de la nada, tuvimos que traer de Servicios Sociales, de Educación, de Cultura para hacer el centro y expandir nuestras inquietudes”, defiende la socialista que celebra que se salió “con éxito” de aquella etapa y que “ahora, evidentemente, las necesidades son otras y los retos que tiene por delante el feminismo, también”.
En este tiempo los centros de atención se han multiplicado y los programas son parte estable de las políticas de, prácticamente, todas las instituciones en nuestra ciudad. También los colectivos formados por la sociedad civil viven un buen momento. Han desaparecido algunos que fueron impulsores en Cádiz de aquel gran 2018 –la Asamblea Feminista está desaparecida, el Café Feminista se disolvió en abril del año pasado, espacios feministas creativos como Macondo están desactivados...– sobreviven otros como Amazonas pero también han surgido con fuerza otros nuevos que ya hemos nombrado como Radfem o el propio Cádiz Abolicionista.
“También estamos en un momento histórico en el que la digitalización nos ha dado la posibilidad de unirnos, de tejer redes y de darnos fuerza. Ya no sentimos que las abolicionistas en Cádiz somos cuatro gatos sino que nos hemos puesto en contacto con otras muchas más mujeres que piensan como nosotras”, celebra Mayca sobre su colectivo que nació en 2019.
Espacios digitales y espacios físicos. “El Consejo Municipal de la Mujer cuenta ahora mismo con unas 40 asociaciones participantes, algunas son más activas, otras menos, algunas realizan trabajos más internos, de ayuda a mujeres en realidades muy concretas, en situación de violencia, en situación de prostitución, y otras asociaciones hacen un trabajo más externo de formación, de ofrecer talleres y charlas...”, enumera Lorena Garrón que baraja que asociaciones en exclusiva feministas serán “cuatro o cinco en la ciudad, que tampoco está nada mal, y que hacen un gran trabajo”, agradece.
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