Un estudio publicado el pasado mes de septiembre por la Fundación Línea Directa constató que el uso del teléfono móvil al volante se ha convertido en un grave problema de seguridad. Al año se producen unas 390 muertes en accidente de tráfico provocadas por la utilización de este dispositivo mientras que se conduce, lo que supone en torno al 20% de los fallecimientos. De hecho, las distracciones son una de las principales causas de los siniestros mortales en carretera, suponiendo el 32% del total.

Ante estos datos preocupantes, la Policía Local de Cádiz realizó del 10 al 30 de septiembre una campaña intensiva de vigilancia contra las distracciones al volante. Los resultados de este trabajo son muy preocupantes ante un mal hábito que puede provocar un accidente. En estas tres semanas, los agentes municipales pusieron 201 denuncias. Casi la totalidad de las sanciones fueron por el uso del teléfono móvil mientras se conduce. El 68% de las multas puestas por los funcionarios municipales fueron por la manipulación de estos dispositivos electrónicos, especialmente para usar aplicaciones de mensajería instantánea como Whatsapp, mientras que el 30% de las sanciones fueron por hablar por el móvil. Como anécdota, un conductor fue denunciado por comerse un bocadillo mientras que conducía. Entre los sancionados se encuentran tres profesores de autoescuela, dos conductores de taxis y un chófer de autobús.

El superintendente jefe de la Policía Local, Juan Manuel Padilla, reconoce que estos datos ponen "en alerta" al cuerpo municipal, ya que el "riesgo de accidente es muy alto" cuando se produce una distracción. De hecho, pone como ejemplo que "si circulamos a 50 km/h, en tan solo los dos segundos que solemos tardar en manipular el teléfono recorremos 28 metros", con las consecuencias que esto puede suponer tanto para el resto de vehículos como para los propios viandantes.

En comparación con las cifras habituales de denuncias por el uso del teléfono móvil, los datos de esta campaña son muy llamativos. Así, en el año 2018, la Policía Local de Cádiz puso un total de 610 denuncias por el uso de dispositivos electrónicos al volante, mientras que en 2017 este dato ascendió a 703 multas. Sin embargo, en esta campaña intensiva, que es la primera vez que la realiza el cuerpo municipal gaditano, se han tramitado 201 sanciones por distracciones en tan solo tres semanas.

La principal explicación a este hecho es los medios que se han destinado a esta campaña intensiva. Así, además de los policías uniformados en vehículos de la Policía Local, también se han usado otros automóviles camuflados con agentes de uniforme en su interior para poder pillar in fraganti a los conductores y las cámaras del centro de control de tráfico. Esto ha permitido que se pudiera comprobar un número tan alto de infracciones al volante gracias a su efectividad. Esto se debe a que, tal y como apunta Padilla, "cuando un conductor ve a un agente uniformado, tira el móvil, por lo que cuando el policía se pone a su altura, no llega a verlo".

El jefe de la Policía Local también pone el foco en "el riesgo evidente" que supone cuando un peatón irrumpe en un paso de peatones usando el teléfono móvil, ya que, “aunque el conductor infringe al saltarse el paso de peatones, el peatón se adentra sin asegurarse de nada”, produciéndose “muchos atropellos de este tipo”.

Cabe recordar que el uso del teléfono móvil al volante se sanciona con multas de 200 euros y la pérdida de tres puntos del carnet de conducir.