Diego Valderas ve "complicado" seguir al frente de Izquierda Unida como coordinador general "aunque se lo pidan". En el deshoje de la margarita en que se ha convertido su decisión de presentarse -o no- de nuevo al cargo, un aspecto ha permanecido inmutable en su discurso: "Cualquier decisión ha de tomarse de forma colectiva". Se refiere el onubense a la próxima asamblea andaluza de izquierdas, que tendrá lugar entre el 14 y el 16 de junio, un foro en el que participarán 550 delegados (281 de ellos serán elegidos directamente por las asambleas de base) y en el que está previsto que se decida el futuro del liderazgo de su formación, que pasa por confiar de nuevo en su figura o dar paso a nombres que han venido fraguando carreras de fondo estos años. 

"No cierro la puerta a nada", pero "si se me pide que me quede", subraya, "será complicado" [que siga]. Es el "momento", sostiene el también vicepresidente de la Junta, "de dar paso a la renovación" de una coalición que vive un momento dulce, desde que el resultado de las elecciones del pasado 25 de marzo le llevara a formar gobierno en coalición con el PSOE andaluz de José Antonio Griñán. 

Su postura ha sido ya trasladada a la Comisión Ejecutiva de la coalición y reiterada ayer en el Consejo Andaluz, aunque es consciente de que una decisión como ésta "se adoptará de manera colectiva". Con todo, su opinión pesa, lógicamente , y tiene "cierta relevancia". "Tengo un compromiso con mi organización hasta la asamblea", y "hasta ahí" llega mi mandato. 

Efectivamente, una vez agotado este mandato, en julio de este año, -que ya es de prórroga respecto a los dos primeros - como coordinador general de la federación de izquierdas, y en caso de que la asamblea revalidara su respaldo a Valderas como líder en la comunidad autónoma, habría que modificar los estatutos del partido, aunque no necesariamente. Y es que, según Valderas, en la última Asamblea Federal de IU se acordó que cuando hubiera una mayoría que demandara la continuidad del líder, ésta podría producirse sin tener que modificar los estatutos. Un aspecto, este último, que ha sido muy contestado por el sector crítico, especialmente por el colectivo CUT-BAI (Colectivo de Unidad de los Trabajadores-Bloque Andaluz de Izquierdas), encabezado por el alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo. De hecho ayer, el secretario de organización del CUT-BAI, Manuel Rodríguez Guillén, aseguró que Valderas "no es nadie para decir si quiere seguir o no al frente del partido básicamente porque, aunque quisiera, no puede por los estatutos" de la formación. 

Con una mayoría más o menos amplia, lo cierto es que de seguir, Valderas asumiría este paso como "una transición", según comentó en declaraciones a este medio, una suerte de mudanza hacia los nuevos tiempos de su partido que protagonizarían los nombres que suenan en las quinielas como posible sucesor, aunque no será Valderas el que pronuncie alguno. El también consejero de Administración Local y Relaciones Institucionales rechaza pronunciarse por un candidato, asegurando que no va hacer como otras formaciones políticas "ungiendo" a una determinada persona. José Antonio Castro, coordinador general de IU por la provincia de Málaga, José Luis Pérez Tapias, actual secretario de organización de IU Andalucía, Andrés Ocaña, ex alcalde de Córdoba o los miembros de la recién presentada plataforma Izquierda Abierta (que encabeza Gaspar Llamazares a nivel nacional) están llamados a dotar de nuevos aires la cúpula de un partido al que aún le quedan tres años de Gobierno en la Junta de Andalucía. 

Precisamente, sobre la bicefalia que existiría en caso de que abandonara la coordinación general, Valderas asegura que no está "atado" a la Vicepresidencia y que no le cuesta "quitarse anillos", aunque eso no quiere decir que vaya a dejar el cargo. A su juicio, no existe "ninguna presión" por parte del PSOE-A para que continúe en el cargo. Fuentes cercanas a Valderas apuntan, eso sí, que "de no tener las responsabilidad de Gobierno, la decisión de no seguir al frente del partido sería estricta". 

Tampoco la presión de seguir o no le llega desde Madrid. De hecho, Cayo Lara cuenta con él para que forme parte en la dirección nacional para trabajar en la comisión ejecutiva encargada de formular el modelo de Estado.