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San Fernando

Cuarto años de surf... y con las mismas ganas

  • Es la puerta de entrada a las olas para los jóvenes aficionados de la ciudad La escuela de surf de Camposoto se afianza tras cuatro veranos en marcha

La escuela de surf de Camposoto nació de la ilusión de dos amigos isleños enamorados de las olas, Antonio Conesa y Fernando Porra, que hace cuatro años hicieron realidad su sueño: convertir la playa de San Fernando en un aula.

Para cientos de jóvenes que deseaban acercarse a las olas y adentrarse en el mundo del surf esta escuela ha sido desde entonces la puerta de entrada a algo más que un deporte o una afición: un estilo de vida. Desde luego, cuentan con el mejor punto de partida. El entorno que brinda Camposoto para hacer surf -reconocen- es ideal: una playa virgen contigua al Parque Natural de la Bahía. "Camposoto cuenta también con una peculiaridad al disponer de una gran variedad de zonas dependiendo de la altura de la marea", explica Conesa.

Estos dos expertos monitores, con más de veinte años de experiencia sobre las olas, no pueden ocultar su entusiasmo ante la afluencia de nuevos aficionados al surf que cada verano recalan en la playa isleña y llaman a las puertas de la escuela, a la que cada vez llegan más chavales dispuestos a aprender. Tanto es así que el espacio del que disponen en la playa se les ha quedado pequeño.

Tras cuatro años enseñando surf, no faltan tampoco las anécdotas en este peculiar aula de arena y agua. Entre sus alumnos -señalan- han contado con chavales alemanes, holandeses e, incluso, portugueses, "de los que siempre se dice que tienen playas mejores a las nuestras". La escuela, además, ha tenido un evidente efecto potenciador de la afición al surf que en La Isla se remonta a la década de los 80 y necesariamente se asocia a la liberación de la playa de Camposoto.

Su programa incluye clases de surf para todos los niveles y edades. Puede inscribirse cualquier joven desde los 6 a los 18 años. Las lecciones se desarrollan durante todo el periodo estival y cuentan con diferentes horarios que dependen de la disponibilidad y del nivel de aprendizaje. De lunes a viernes por la mañana (a las 10.00 y a las 12.00 horas) y por la tarde (a las 16.00 horas), se pueden dar también clases únicas o cursos de una semana, que son los más demandados.

La escuela -aseguran- funciona. Su propuesta destaca por lo completo de los servicios que ofertan. Los cursos, de esta manera, proporcionan a los alumnos todo el material necesario para iniciarse en el mundo del surf, desde la necesaria indumentaria -el neopreno- hasta las tablas. Según Conesa, "las tablas que se utilizan permiten a los alumnos poder ponerse de pie a los pocos días de empezar el curso". Y eso, claro está, les encanta porque ven como avanzan y enseguida empiezan a cogerle el gusto a las olas.

Pero no forman solo a los primerizos. En invierno -fuera de la temporada estival- hacen cursos para iniciados que se llevan a cabo en horario de tarde y, aunque las condiciones meteorológicas sean desfavorables, disponen de un aula habilitada para dar las clases teóricas, que nunca sobran. Cuentan también con un gran abanico de posibilidades para sus alumnos. Además de las clases de bodyboarder, surf y kitesurf también alquilan kayaks, organizan dinámicas de aventuras e incluso habilitan redes de voley playa de forma gratuita para cualquier usuario de la playa. Los alumnos que participan en estos cursos obtienen a su finalización su correspondiente diploma.

Recientemente, además, la escuela de surf organizó con éxito la tercera edición del Internacional Surfing Day junto al veterano club isleño de surf Campoloco y al Ayuntamiento, una jornada en la que se practicaron actividades relacionadas la playa bajo la premisa del respeto al medio ambiente. Como apunta Conesa, "la playa es nuestro campo de juegos y tenemos que mantenerla limpia del mismo modo que se conserva en condiciones cualquier pabellón deportivo en el caso de otras actividades". Los responsables de la escuela están sumamente orgullosos de la aceptación que tiene la iniciativa desde su puesta en marcha y que, este año, se ha sumado también a la conmemoración del 25 aniversario de la apertura de Camposoto. Eso sí, apunta, contar con más infraestructuras y hacer más accesible la playa para que sea verdaderamente un referente -también para los surfistas- es el gran reto que todavía tiene por delante.

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