Loaiza se reunirá hoy en Madrid con la directora general de Infraestructura del Ministerio de Defensa, Mónica Melle, con el propósito de abrir una vía de negociación definitiva entre ambas administraciones para abordar el histórico problema de la recuperación de suelo militar en desuso.

En este encuentro se tratará el desarrollo del medio millón de metros cuadrados de los polvorines de Fadricas pero también la posible desafectación de parte de los terrenos de Camposoto -comprometida durante la reciente campaña electoral- y la utilización total por parte de la población civil del Hospital General de la Defensa-San Carlos, una de las prioridades que se ha fijado el nuevo Gobierno del PP para este mandato que ahora acaba de iniciar.

Son temas sobradamente conocidos en La Isla, de los que se viene hablando desde hace más de una década sin que, hasta el momento, ninguna de estas Administraciones -Ayuntamiento y Ministerio de Defensa- hayan sido capaces de plasmar un acuerdo sobre la mesa para propiciar el desarrollo de estos suelos, que todavía hoy siguen esperando su gran oportunidad.

De hecho, en poco más de una semana se cumplirán ya nueve años del protocolo de intenciones que en 2002 el alcalde -por entonces, el andalucista Antonio Moreno- firmó con el Ministerio de Defensa para iniciar la recuperación de suelo militar ocioso en favor del desarrollo de la ciudad. Un convenio que hablaba de la desafectación de 340.000 metros cuadrados del acuartelamiento de Camposoto (en la zona colindante con el Cerro y Gallineras), del Janer y de los polvorines de Fadricas. Un acuerdo que, casi una década después, continúa siendo papel mojado: ni un sólo metro cuadrado ha conseguido recuperarse todavía.

Es más, las relaciones entre ambas administraciones -especialmente a cuenta de los polvorines de Fadricas y de la reserva de suelo que el Ayuntamiento abordó al tener los terrenos bloqueados y sin que las negociaciones experimentaran avances- han sido más que difíciles, han sufrido un progresivo deterioro y un distanciamiento que durante años ha hecho imposible llegar a un entendimiento.

Pero todo eso se espera que cambie con la reunión de hoy. Un encuentro que ha suscitado grandes expectativas al respecto y que, incluso se contempla como un posible punto de inflexión en estas difíciles e intrincadas relaciones entre el Ayuntamiento isleño y el Ministerio de Defensa.

El nuevo alcalde del PP, desde luego, parte con una ventaja que se conoció durante los últimos días del Gobierno andalucista de Manuel de Bernardo: la decisión del Ministerio de no recurrir la sentencia de los polvorines de Fadricas, favorable al Ayuntamiento y de acatar así la reserva de suelo y sus condiciones.

Un cambio de postura que , sin duda, facilitará el desarrollo de este medio millón de metros cuadrados que se considera estratégico para el futuro de La Isla y, en general, de toda la Bahía, dada la ubicación de dichos terrenos, entre Caño Herrera (Bahía Sur) y La Casería. Días después, incluso, Defensa comunicó al Ayuntamiento que aceptaba las condiciones recogidas en el acuerdo de bases suscrito con todos los propietarios afectados por la reserva de suelo. Por ello, es de esperar, que en el encuentro de hoy se termine de fraguar un acuerdo definitivo al respecto que dé el esperado impulso al desarrollo de los polvorines.

Sobre Camposoto, en plena campaña electoral, hace apenas dos meses, la directora general de Infraestructuras del Ministerio de Defensa, con la que hoy se reunirá el alcalde, llegó a decir que existía una gran disposición por parte del Gobierno central a liberar terrenos de este acuartelamiento del Ejército de Tierra (ocupa un millón y medio de metros cuadrados colindantes con el Parque Natural y la playa, un espacio turístico estratégico que La Isla no puede desarrollar al tener interés para la Defensa). Y habló de un proyecto turístico planteado por la Junta de Andalucía para este suelo que tildó de "muy interesante".

Lo cierto, sin embargo, es que la desafectación de Camposoto viene siendo un tema recurrente cada vez que tocan elecciones sin que, hasta el momento, se haya planteado en serio desafectar ni un metro cuadrado de estas instalaciones. Es más, curiosamente, el acuartelamiento se ha visto reforzado con la incorporación de nuevas unidades.

En abril, la propia ministra, Carme Chacón, afirmó en el Congreso -a raíz de una pregunta parlamentaria formalizada por el grupo popular- que las instalaciones de Camposoto estaban a pleno rendimiento y, actualmente, carecían de suelo en desuso.