La ausencia de lluvias durante la primavera augura un panorama preocupante para este 2023. Este fenómeno meteorológico afecta a numerosas zonas del país. En el caso de Cádiz, el monitor de la sequía meteorológica de la Agencia Estatal de Meteorología es inalterable desde hace unos meses. Hay alerta roja por un clima extremadamente seco.

La primera de las localizaciones en tomar medidas de control para este verano, por miedo a la sequía, ha sido Chipiona. Las playas de este municipio no tendrán disponibles duchas ni lavapiés durante dicho periodo. La medida establecida por el alcalde, Luis Mario Aparcero, trata de combatir la falta de agua en la cuenca hidrográfica del Guadalquivir. 

Esta medida local de Chipiona es la primera que se toma de esta naturaleza en la provincia de Cádiz para la temporada estival. La Junta de Andalucía aún no ha establecido una hoja de ruta a seguir para combatir la preocupante situación. De este modo, el resto de playas mantienen su normativa habitual en las que los ciudadanos pueden disfrutar de las duchas y lavapiés sin problema.

En lugares muy turísticos como Barcelona, las medidas tomadas son similares. Con el inicio de la temporada media de baño, el Ayuntamiento barcelonés ha limitado a una ducha por playa para evitar despilfarro de agua.

En el caso de Málaga, que incluso ha solicitado agua al Campo de Gibraltar, el pasado verano cortaron el agua en las playas de tres municipios en pleno agosto. Vélez-Málaga, Rincón de la Victoria y Algarrobo fueron las afectadas por una medida como consecuencia de las bajas reservas del pantano de La Viñuela.

Un problema con larga historia

Pese a que las sequías ya son habituales cada verano, este 2023 la situación se agrava ante la ausencia de lluvias contundentes en primavera. El mes de marzo se ha establecido como el segundo más seco del siglo. Abril parece seguir el mismo camino, convirtiéndose en un mes histórico, el único de los últimos 13 años en el que no ha caído ni una gota. Según Aemet, la predicción de cara al mes de mayo es similar.

La sombra de la sequía hace rememorar tiempos pasados en los que muchos municipios tuvieron que tomar duras medidas. Entre 1991 y 1995, España sufrió las sequías más duras hasta la fecha, unos años donde lo habitual eran las restricciones. Los recursos hídricos estaban al 28% de su capacidad habitual y en 1995 se redujeron al 15%, provocando restricciones sobre todo en Madrid y País Vasco. Aún así, Cádiz no se libró de los cortes de agua y de ciertos servicios limitados.

El gasto de recursos hídricos de las duchas siempre ha sido de grandes cifras. Hace dos décadas, el periodista Emilio López informaba en este periódico que el consumo de las cuatro playas durante los meses de julio y agosto ascendía hasta los 30 millones de litros, según fuentes de la empresa Aguas de Cádiz. Unos 240.000 litros diarios gastados en la ciudad gaditana.

Por el momento, los ejecutivos nacionales y regionales no se han manifestado respecto a la economización del agua en puntos masificados como las playas en verano. Así que la decisión está en el tejado de los ayuntamientos, que conforme se acerque la temporada alta se manifestarán acerca de cómo se podrán usar sus duchas.