Un largo almuerzo y sobremesa que un grupo de personas intentaron tomarse gratis. Esta triste experiencia la sufrió un restaurante de Chipiona el pasado fin de semana. La familia en cuestión que intentó eludir el pago de la comanda iba acompañada de niños, no eran potencialmente sospechosos.
El Restaurante Manuela publicó en su Facebook la cuenta que dejó sin pagar esta familia. Una cuenta de nada menos que 165,60€, según se puede ver en una publicación de La Ser. El post ya no está disponible, el establecimiento ha decidido restringirlo al público general.
El restaurante aprovechó ese post para criticar la actitud de esas personas que se marcharon sin abonar todo lo consumido, que no fue poco. Ante todo, este local insiste en que denuncian este caso para hacer ver que en la era de las críticas a través de redes sociales a los servicios de la hostelería, los negocios también sufren malos comportamientos y clientes maleducados. En este caso, estafadores.
Una de las personas que se fue sin pagar: "¿A dónde hago el Bizum?"
Finalmente, el restaurante fue capaz de averiguar cómo se habían ido estas personas sin pagar gracias a las cámaras de seguridad. Tras una serie de indagaciones, consiguieron el teléfono de una mujer que estaba presente en el grupo.
A través de una conversación de Whatsapp, los responsables del restaurante le instaron a pagar la importante factura resultante de pedir arroces y atún rojo. Por supuesto, la respuesta fue evasiva, con silencios y con un bloqueo de Whatsapp. La mujer en cuestión tan solo comentó que le habrían dado el móvil mal al negocio y que se estaba equivocando de persona.
Por supuesto, desde el bar no cedieron, ya habían visto a las personas por la cámara de seguridad. Así que pasaron a las llamadas, que no eran descolgadas en ningún caso. Algo que cambió cuando ya se mencionó la denuncia por estafa. Finalmente, la persona cedió y acabó respondiendo lo siguiente cuando ya estaba en un callejón sin salida: "¿A dónde te hago el Bizum? ¿A este móvil?". Así que el 'sinpa' salió mal, acabaron pagando y con el evidente ridículo de haber sido descubiertos.
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