Esto es lo que dice la ley sobre el enanismo en fiestas y espectáculos

El reciente festejo del futbolista Lamine Yamal por su 18 cumpleaños ha desatado un intenso debate público tras conocerse que contrató a personas con enanismo para animar la celebración. Este hecho ha puesto sobre la mesa una normativa española que prohíbe expresamente espectáculos o actividades que puedan vulnerar la dignidad de las personas con discapacidad, incluyendo a quienes padecen enanismo.

En España, el Real Decreto Legislativo 1/2013, que aprueba el Texto Refundido de la Ley General de derechos de las personas con discapacidad y su inclusión social, regula de manera clara que cualquier actividad cultural, recreativa o de ocio debe respetar los derechos fundamentales y la dignidad de las personas con discapacidad. En este sentido, utilizar a personas con enanismo en espectáculos que impliquen una humillación, burla o explotación está terminantemente prohibido.

Según esta legislación, los organizadores de eventos deben garantizar la inclusión y evitar prácticas discriminatorias. En caso de incumplimiento, las sanciones pueden ser muy severas. Tal como destaca el caso de la fiesta de Lamine Yamal, contratar a personas con enanismo para actos que puedan considerarse vejatorios o humillantes puede conllevar multas que ascienden hasta los 600.000 euros, según informa el artículo 54 de la Ley 13/1982, complementaria en materia de protección y derechos de personas con discapacidad.

Estas sanciones buscan proteger no solo a las personas con enanismo, sino también a toda la comunidad de personas con discapacidad, fomentando un trato respetuoso y la inclusión social en todos los ámbitos, incluidos el ocio y el entretenimiento.

Desde la Asociación de Personas con Acondroplasia y Otras Displasias Esqueléticas con Enanismo (ADEE) quisieron pronunciarse públicamente acerca de la fiesta del futbolista del Barcelona y han anunciado que tomarán acciones legales y sociales por lo ocurido en el cumpleaños de Lamine Yamal. Ellos buscan "salvaguardar la dignidad de las personas con discapacidad" y "los valores éticos fundamentales de una sociedad que se pretende igualitaria y respetuosa".

La polémica ha generado también un debate social sobre la responsabilidad ética de quienes organizan eventos y el papel de la sociedad para erradicar comportamientos que perpetúan estigmas y discriminaciones. Expertos en derechos humanos y asociaciones defensoras de personas con discapacidad han insistido en la importancia de promover actividades que respeten la dignidad y eviten la cosificación o el uso de la discapacidad como elemento de espectáculo.

En definitiva, la ley es clara y contundente: el enanismo no puede ni debe ser utilizado como motivo para la burla o la explotación en fiestas, espectáculos o cualquier otro ámbito público o privado. La protección de los derechos humanos y la igualdad son un mandato legal y ético que debe cumplirse sin excepciones.

Este caso ha servido para recordar la necesidad de una mayor sensibilización y educación social sobre el respeto a la diversidad y la inclusión, valores fundamentales para construir una sociedad justa y digna para todas las personas, sin importar sus características físicas o condiciones médicas.