Los cambios que el registro horario causará en la jornada laboral en 2026
Todas las empresas deberán implantar un sistema digital; los trabajadores podrán consultar sus horas y el control de horas extra será más estricto
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A partir de 2026, la jornada laboral que se conoce hasta ahora sufrirá transformaciones importantes. El Ministerio de Trabajo y Economía Social ha impulsado un registro horario digital obligatorio para todas las empresas del país —públicas y privadas—, con el objetivo de garantizar el control efectivo del tiempo trabajado, asegurar el descanso mínimo y proteger el derecho a la desconexión digital.
Este cambio no solo implica registrar la entrada y salida, sino incorporar también detalles como pausas, modalidad de trabajo y otros aspectos que hasta ahora quedaban en el aire. A continuación, se detallan los principales efectos para trabajadores y empleadores.
Digitalización total del control horario
Hasta ahora, muchas empresas utilizaban hojas manuales o formatos poco seguros. Desde 2019 ya existía la obligación de registrar la jornada, pero el nuevo sistema supondrá un salto cualitativo: será digital, accesible en tiempo real para la Inspección de Trabajo y la Seguridad Social, y estará disponible para que cada empleado consulte sus propios datos.
El registro deberá conservarse durante al menos cuatro años y cumplir estrictamente la normativa de protección de datos. Para las empresas, esto implicará adaptar sistemas informáticos, realizar auditorías internas y diseñar nuevas políticas de recursos humanos.
Implicaciones para los trabajadores
- Mayor control de las horas trabajadas. Cada empleado podrá consultar cuántas horas ha trabajado realmente, lo que reducirá el riesgo de realizar horas extra no compensadas.
- Derecho ampliado a la desconexión digital. El sistema también registrará las comunicaciones recibidas fuera del horario laboral, con el fin de proteger los tiempos de descanso.
- Teletrabajo y flexibilidad supervisados. Aunque el trabajo a distancia ya está regulado, este registro permitirá conocer cuántas veces se interrumpe la desconexión o cuánto tiempo se dedica a estar "a disposición" sin que se compute como jornada activa.
En definitiva, el sistema ofrecerá al trabajador más herramientas para defender su tiempo, pero también una mayor visibilidad de su desempeño diario. Se deben abonar las horas extras que hagan los trabajadores y en caso de no hacerlo podría suponer una sanción para la empresa.
Implicaciones para las empresas
Las empresas deberán adaptarse tecnológicamente: actualizar software, auditar procesos y redefinir la gestión del tiempo y los descansos. Se eliminarán los formatos en papel o las hojas de cálculo como métodos válidos.
La Agencia Española de Protección de Datos deberá aprobar los sistemas utilizados, aunque no se impondrá una herramienta concreta: cada organización podrá elegir la que mejor se adapte a su estructura.
Además, la Inspección de Trabajo tendrá más capacidad de supervisión, con inspecciones presenciales o virtuales previstas a partir de 2027.
Sanciones por incumplimiento de la nueva normativa
Incumplir lo que se ha establecido como norma y que se aplicará a partir de 2026 podrá tener efectos negativos en las empresas.
- Leve( errores menores): hasta 750 euros.
- Grave (no poner en marcha el registro o llevarlo mal): 751-7.500 euros.
- Muy grave (falsear el registro del horario o fraude): hasta 10.000 euros por trabajador.
¿Afectará a la duración de la jornada?
El nuevo registro no reducirá de forma automática la duración de la jornada laboral —por ejemplo, de 40 a 37,5 horas semanales—. Su objetivo es reforzar la transparencia y el cumplimiento, no modificar los convenios o el número de horas estipuladas.
Sin embargo, al facilitar la detección de abusos y excesos, el sistema podría servir de base para futuras negociaciones sobre la reducción de jornada o la reorganización del tiempo de trabajo.
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