Alba Ramírez, técnico de seguridad alimentaria: "No hace falta lavar los frutos secos antes de comerlos"

¿Has notado alguna vez que el agua se vuelve marrón o amarillenta al lavar nueces, almendras o anacardos? Muchas personas lo interpretan como un signo de suciedad o contaminación, pero nada más lejos de la realidad. Alba Ramírez, técnico de seguridad alimentaria, ha resuelto esta duda en un reciente vídeo de Instagram en el que aclara que estos cambios de color son perfectamente normales y no representan ningún riesgo para la salud.

Según explica Ramírez, el color que adquiere el agua tras lavar frutos secos no proviene de suciedad externa, sino de compuestos naturales presentes en la piel del fruto. "Hablamos de sustancias como taninos, flavonoides o antioxidantes solubles en agua", detalla la experta. Estas moléculas forman parte del perfil bioquímico natural del alimento y, al entrar en contacto con el agua, se disuelven fácilmente, tiñéndola de forma parecida a lo que ocurre al preparar una infusión de té o al lavar legumbres oscuras.

Un ejemplo concreto es el de las nueces, cuya piel contiene ácido elágico, un potente antioxidante que se libera con facilidad al contacto con el agua. En el caso de las almendras crudas, el tono amarillento puede deberse a la presencia de polifenoles naturales. Estas sustancias no solo son inocuas, sino que en muchos casos tienen propiedades beneficiosas para la salud.

No es necesario lavar los frutos secos envasados

A la pregunta de si es recomendable enjuagar los frutos secos antes de comerlos, Alba Ramírez responde con rotundidad: "No". Si se trata de frutos secos envasados, ya han pasado por un proceso de limpieza y selección industrial que los deja listos para el consumo. Lavarlos en casa no solo es innecesario, sino que incluso puede ser contraproducente.

"Si los mojas y no los secas bien, puedes favorecer la aparición de mohos o bacterias debido a la humedad residual", advierte la técnico de seguridad alimentaria. Esto es especialmente relevante en productos con cáscara blanda o piel fina, donde la humedad puede penetrar con facilidad y alterar su conservación

¿Y si los compro a granel?

En el caso de los frutos secos a granel, la recomendación puede variar ligeramente. Aunque muchos comercios cumplen con normas de higiene estrictas, siempre es recomendable asegurarse de la procedencia y condiciones de almacenamiento. Si se opta por lavarlos, es importante secarlos completamente antes de guardarlos o consumirlos.

La conclusión es clara: el cambio de color del agua no indica que los frutos secos estén sucios, sino que estás extrayendo parte de sus compuestos naturales. Estos elementos, lejos de ser un problema, forman parte del valor nutricional del alimento.

Por tanto, si compras frutos secos envasados y de confianza, no necesitas pasarlos por agua. Basta con conservarlos en un lugar fresco y seco, y disfrutar de sus beneficios sin preocupaciones. Además Alba Ramírez, advierte a los usuarios de redes sociales de que no hay que creer todo lo que se publica y hay que verificar lo que se ve y oye en internet.