Blanca García-Orea, nutricionista: "Un exceso de cerezas puede causar dolor abdominal, hinchazón, gases y diarrea"

Las cerezas son una de las frutas más deseadas del verano. Dulces, refrescantes y cargadas de antioxidantes, suelen ocupar un lugar destacado en nuestras neveras durante los meses de calor. Sin embargo, su consumo en exceso podría tener consecuencias digestivas que muchas personas desconocen. Así lo advierte Blanca García-Orea, dietista-nutricionista especializada en salud intestinal, a través de un vídeo publicado en su perfil de Instagram, donde alerta sobre los efectos adversos que puede provocar un abuso de esta fruta.

Según explica la experta, tomar demasiadas cerezas puede causar síntomas intestinales como hinchazón abdominal, gases, dolor abdominal e incluso diarreas o heces blandas. Y no, esto no significa que las cerezas sean perjudiciales, sino que, como todo en nutrición, la clave está en la cantidad y en la tolerancia individual.

Cuidado con el exceso: mucha fructosa y sorbitol por pieza

"Poca cantidad tiene mucha fructosa y sorbitol", señala García-Orea, refiriéndose a dos tipos de azúcares fermentables presentes de forma natural en las cerezas. Estos compuestos, aunque no son dañinos por sí mismos, pueden ser problemáticos en personas con sensibilidad digestiva o con algún grado de intolerancia a la fructosa o al sorbitol, lo que suele derivar en molestias intestinales.

En este sentido, la nutricionista advierte que tomar entre un cuarto y medio kilo de cerezas al día de forma prolongada puede ser contraproducente: "Un abuso continuado puede acabar generando intolerancia a estos azúcares fermentables", explica. Además, corrige un pequeño error en su intervención inicial y aclara que cada cereza contiene aproximadamente 0,5 gramos de estos azúcares, no 5 gramos como mencionó al principio del vídeo.

La cantidad recomendada para evitar síntomas

Para evitar los problemas digestivos asociados a su consumo, Blanca García-Orea propone una forma de introducir las cerezas en la dieta sin efectos adversos, especialmente para quienes sufren de estreñimiento. La recomendación concreta es tomar dos cerezas por la noche y dos por la mañana.

Este pequeño truco no solo ayuda a mejorar el tránsito intestinal de forma natural, sino que permite al cuerpo asimilar mejor la carga de fructosa y sorbitol, sin llegar a causar fermentación excesiva en el intestino. "Habrá personas que toleren mayor cantidad", matiza la experta, dejando claro que la respuesta al consumo de esta fruta puede variar según cada organismo. Por ello, conviene escuchar al cuerpo, observar las reacciones y ajustar la cantidad según la tolerancia personal.

Beneficios de las cerezas: una fruta con mucho que aportar

Pese a sus advertencias, Blanca García-Orea subraya los múltiples beneficios de esta fruta de temporada. Las cerezas son ricas en antioxidantes, vitamina C, fibra y compuestos antiinflamatorios que pueden ayudar a mejorar el estado de la piel, combatir el daño celular y favorecer una buena digestión, siempre que se consuman con moderación.

Además, su contenido en melatonina natural las convierte en un alimento interesante para mejorar la calidad del sueño, y su bajo índice glucémico las hace compatibles con dietas equilibradas.

Moderación y personalización

El mensaje final que lanza la nutricionista es claro: las cerezas son una fruta saludable, pero un consumo excesivo puede tener efectos no deseados, especialmente en personas con digestión sensible. Conocer su composición y saber cómo introducirlas de forma adecuada puede marcar la diferencia entre disfrutar de sus propiedades y sufrir sus efectos secundarios.

La clave, como en muchos aspectos de la alimentación, está en la moderación y en adaptar la dieta a las necesidades individuales.