Pedro Duque, que ayer ofreció una conferencia en Málaga, es el primer astronauta español que ha viajado al espacio y desde 2006 trabaja en Deimos Imaging, una empresa vallisoletana que el 29 de julio del año pasado puso en órbita el primer satélite español de propiedad privada que permite mejorar el uso de la tierra en agricultura, avanzar en la detección de incendios y velar por la salud de los bosques.

-¿Por qué un satélite dirigido al medio ambiente?

-Estamos ahora en la tercera revolución del espacio. La primera fueron las telecomunicaciones y hoy en día nadie entiende el mundo sin que se sepa lo que pasa en todos sitios siempre. La segunda revolución fue la navegación. Perderse es mucho menos probable que antes precisamente porque hay unos satélites que nos dicen por dónde tenemos que ir. Y la tercera serán los satélites de observación de la Tierra que están llegando a la madurez y al punto en el que la agricultura, el manejo de los bosques y todas las actividades humanas que tengan que ver con el territorio y la mejor utilización en la eficiencia se van a ver muy beneficiadas por los datos que proporcionan.

-¿Cuáles son sus ventajas?

-Permite observar las plantas con luz y con infrarrojo y de esa manera uno no sólo puede ver la planta sino también qué crecimiento está teniendo y así poder ahorrar en el riego y en el abono porque se puede saber perfectamente cuál lo necesita. Y eso cuando se trata de grandes superficies resulta prácticamente imposible hacerlo por tierra. Además, se puede saber cuál es el estado de los grandes bosques. Es un ojo en el aire que lo ve todo permanentemente. Así, cualquier degradación se puede atajar rápido.

-¿Los incendios forestales serían un ejemplo?

-Éste en concreto es muy bueno para que inmediatamente después de que se produzca un daño por un fuego, una inundación o una tormenta se puede hacer una evaluación rápida para saber qué trozo de tierra es el más afectado y agilizar todo el mecanismo de seguros, compensaciones y ayuda.

-¿Tiene ya una aplicación concreta?

-El seguro agrícola de pastos en España es de los pocos países donde se evalúa por medio del satélite. Cada diez días se proporcionan unos datos a la Universidad de Valladolid para que haga un informe.

-¿Qué cobertura ofrece este sistema?

-Puede ver cualquier región de cualquier país del mundo. Hemos analizado prácticamente todo el bosque tropical de África, América y Asia porque ahora se están poniendo las bases para los mecanismos de compensación por el cambio climático para los países que no talen los árboles. Y para eso lo primero que hay que saber es cuántos árboles hay. Al tener una imagen que abarca el campo entero abre una serie de posibilidades como el control de los desmontes. En cuanto alguien tire seis o siete árboles el satélite ya lo ve.

-¿Y se podría utilizar para controlar el urbanismo ilegal?

-Con la salvedad de que quien mucho abarca poco aprieta. Es decir no podemos hacer una imagen entera de Andalucía y luego leer la matrícula de un coche. lo que nosotros vemos es que ha variado el bosque o que antes había un cultivo y ahora no. lo que resuelve el satélite es dónde está el problema, no esas cosas tan específicas.

-¿Servirá para luchar contra el cambio climático?

-La relación más importante entre este tipo de herramienta y el cambio climático es poder hacer un seguimiento de los bosques que estamos intentando que no se talen y que no se degraden. Este mecanismo es el que hará que una serie de dinero que los países que emiten CO2 tienen que pagar llegue a los países que supuestamente están capturándolo.

-¿Cómo ve ahora todo esto desde la Tierra después de haber estado en el espacio?

-De 14 años trabajando en la Agencia Espacial Europea con este tipo de proyectos he visto bastante y ese conocimiento me ha servido. Desde allí lo he visto desde arriba, pero desde aquí cada día evoco esa sensación porque envía las imágenes como si estuviera allí.

-¿Volverá al espacio?

-Ahora mismo no lo sé. El satélite por fin está volando, la empresa va bien y quizás sea el momento de mirar esa posibilidad.

-¿Qué siente cuando está allí arriba?

-La sensación de estar flotando en medio de la nave, el ver la Tierra desde arriba, el azul del cielo y el estar en un laboratorio experimental en esas circunstancias es algo difícil de explicar. Me siento un privilegiado porque en la lista de gente que ha ido al espacio soy el 383 y no han llegado más que 400 y algo.