Vera-cruz

Estación por la vida con la Soledad

  • El detallista cortejo procesional supone todo un derroche de buen gusto

El cuidado cortejo procesional de la hermandad de la Vera-Cruz, en el que se tiene en cuenta hasta el último detalle, constituye cada Lunes Santo un derroche de buen gusto por las calles gaditanas, que tiene su prólogo en el interior de la iglesia de San Francisco.

Antes de la salida, con todos los hermanos que iban a procesionar ocupando los bancos de la nave central del templo seráfico, se dio lectura al acta de la reunión extraordinaria celebrada poco antes por la junta de gobierno en la que se acordó realizar la estación de penitencia y, al haber declarado la Conferencia Episcopal a 2009 como “El año de la vida”, aplicar dicha estación por la misma, desde su inicio a su término natural.

Seguidamente, con el delegado episcopal de Hermandades, Sebastián Llanes, como testigo de excepción, se procedió a la adoración del Santísimo que bajo palio y precedido de ciriales, portó hasta el altar mayor el franciscano José Luis Millán, donde se encontraba el hermano mayor, Miguel Morgado.

El celebrante pidió por la vida, la familia y por las madres en dificultades, para luego proceder a la bendición y la reserva. Luego el mayordomo, Pablo Castellanos,  entregó la procesión al fiscal, Domingo Blanco, y se abrieron las puertas del templo.

Pocos minutos antes de las siete y media de la tarde Benito Jodar dirigía la salida a la plaza de San Francisco del paso con el Cristo de la Vera-Cruz,  segundo crucificado que recorrió ayer las calles, y también cinco antes de las ocho lo hacía el de palio de la Virgen de la Soledad, con Manuel Cortés como capataz.

En esta ocasión de  los seis cirios “marías”, los más próximos a la Virgen, dos estaban dedicados a la Virgen y a su prima Santa Isabel, otro a San José, y los otros dos a San Francisco y a Santa Coleta, respectivamente, por los 800 años de la fundación de la Orden franciscana. También estaban pintadas al óleo las velas de los ciriales del Cristo y la Virgen.

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