Como cada Jueves Santo, la iglesia de Santa María, en la que radica la hermandad desde 1616, fue el punto de encuentro de la mañana para los gaditanos y devotos del Nazareno y de la Virgen de los Dolores, que por Mirador, Teniente Andújar, Viento, Jara Quemada, Suárez de Salazar, Yedra, Jabonería, San Juan Bautista de la Salle o el Campo del Sur se acercaron hasta el templo de las Concepcionistas Franciscanas, para comprobar que todo estaba a punto para la salida procesional de la cofradía por la tarde, cuando los vecinos del barrio esperaban a sus titulares, apiñados en Santa María y Jabonería, camino de San Juan de Dios, a partir de donde se convierten en patrimonio devocional de todos los gaditanos.

Antes de la salida en el presbiterio de la iglesia, en presencia de la junta de mesa, el secretario, Antonio del Hoyo, hizo entrega de la cofradía a la fiscal, Clara Posada, que comenzó a organizar el cortejo.

El hermano mayor, Santiago Posada, recibia a las autoridades y representaciones, encabezando la alcaldesa Teófila Martínez la de la Corporación Municipal, cuyos miembros son hermanos natos de la cofradía desde el año 1815.

También se sumó a la presidencia una representación del Colegio de Notarios, igualmente hermanos natos desde 1843, no acudiendo ni del de Abogados ni del de Procuradores. Asimismo formó parte del cortejo una representación del colegio La Salle-Mirandilla.

Antes de la salida el hermano mayor leyó desde el altar mayor el acuerdo de la junta de mesa de adherirse a las protestas contra el aborto propuestas por la Conferencia Episcopal, pidiendo al Nazareno y a la Virgen de los Dolores por el derecho a la vida.

Luego el director espiritual dirigió las preces previas a la salida, reiterando la defensa de la vida, para pedir también por la estación penitencial a los titulares con el rezo del Padrenuestro.

A las nueve menos cuarto de la noche, la hora fijada, la fiscal solicitó autorización al hermano mayor para abrir la puerta de la capilla propia de la hermandad, saliendo a la calle la cruz de guía que encabezaba al cortejo.

El paso de misterio con el Nazareno, dirigido por José Luis Peñalver y escoltado por guardias civiles, salía casi a las nueve de la noche, después de echarse en falta las voces de las religiosas que antes le cantaban desde el coro bajo.Eso sí, lo seguía una numerosa penitencia.

Regidor Perpetuo y La Saeta fueron las marchas que sonaron en los primeros tramos del recorrido, a cargo de la banda de música Maestro Enrique Galán, de Rota.

Sobre las nueve y cuarto, el capataz Angel Sainz, ofreció la primera levantá del paso de palio a José Baro, que salía del templo, mientras que el grupo roteño, que la acompaña desde hace 15 años, interpretaba la Marcha Real, estrenando luego la titulada Rosa de mis Dolores, compuesta por uno de sus miembros.