La crónica del Sábado Santo en Cádiz: Un Sábado con algo de Martes Santo

Un ‘mini Martes Santo’ saludaba a la mañana del Sábado. Las inclemencias meteorológicas que han marcado, en parte, esta Semana Santa hacía que durante la mañana de la penúltima jornada de procesiones, la última en carrera oficial, dos cofradías se echaran a la calle. Con sus pasos. No había música tras ellos (imposiciones de esta diócesis que muchas veces juega en contra de las cofradías), ni hábitos y capirotes delante (pues no era el día de la salida); y quizás por eso la mañana volvió a regalar estampas curiosas y que muy difícilmente se ven todos los años. Como las ofreció el pasado Miércoles con La Palma, y como lo hará también mañana con el Prendimiento.
No dejó la meteorología de hacer de las suyas también en la mañana del Sábado Santo, obligando a las cofradías a retrasar media hora sus traslados para evitar la lluvia que ya les marcó, y de qué modo, el Martes Santo.
Columna fue la primera en salir, dirección a San Antonio; y casi de manera consecutiva lo haría Piedad. Ambas saldrían de la Catedral por la puerta principal, algo que llamaba la atención teniendo en cuenta que en las anteriores ocasiones la puerta que se habría para estos traslados era la de Arquitecto Acero (lo que parece, además, más lógico).
Muchos fueron los curiosos, turistas entre ellos, que se acercaron a ver las imágenes a plena luz del día; menos los hermanos de una y otra cofradía que acudieron a acompañar a sus titulares, que esa misma mañana previa a Resurrección ya regresaron a sus casas. No sin antes afrontar Columna el último de sus obstáculos de este año con la misma pata trasera del paso de misterio que ya le jugó malas pasadas el Martes Santo y que terminó obligando a cortarla en plena calle, habiendo hecho entrada en San Antonio previamente el paso de palio, para evitar precisamente que aguardara en la calle la solución de este problema.
La procesión del Santo Entierro
Con esta mañana tan cofradiera, y de nuevo con los cielos despejados y la tarde soleada (como, de hecho, ha sido tónica habitual toda la semana) se ponía en la calle el entierro de Cristo que Cádiz soñó hace cuatro siglos, que son los que ha cumplido el Cristo yacente del Santo Entierro. Una joya de la imaginería que está a las puertas de la restauración y que es cobijado dentro de una joya de plata y cristal que posiblemente sea el más bello entierro que pueda tener Cristo, con la luz del sol brillando sobre el mar de fondo, además, en esos primeros metros de procesión por el Campo del Sur. Las zonas abiertas de Cádiz vuelven a regalar estampas extraordinarias que convierten a la ciudad en uno de los rincones más espectaculares por donde transitan cofradías.
La procesión del Santo Entierro va creciendo en representaciones, como si la ciudad fuera recuperando ese concepto que tiempo atrás estaba claro de lo que debía ser el entierro de Cristo. En el cortejo figuraban representaciones de Medinaceli, Sentencia, Aguas, Borriquita, Perdón, Afligidos, Cigarreras, Humildad, Nazareno, Merced, Nazareno de Arcos, Palma y Columna, así como la permanente del Consejo de Hermandades.
“Comience el cortejo", decía el director espiritual de la hermandad cuando, de hecho, el cortejo ya desfilaba por el Campo del Sur. Con militares de Tierra escoltando la urna y mujeres cargando, la nueva marcha procesional de Cristóbal López Gándara (Santo Entierro) acompaña a la urna desde el interior de Santa Cruz, con José Luis Pájaro y su hijo a los mandos en homenaje a su padre, capataz perpetuo de la cofradía.
Detrás del Yacente, diferentes representaciones que cada año acuden a esta cita especial, como Caballeros Hospitalarios, varios colegios profesionales, el Comandante Naval de Cádiz (Jaime Boloix), el Subdelegado de Defensa (Ángel Umbría), el presidente de la Audiencia Provincial (Manuel Estrella), la Policía Nacional y la Local, y una escueta Corporación Municipal con apenas cinco concejales del equipo de gobierno y ninguno de la oposición (se ve que no hay elecciones a la vista).
Tiene la cofradía del Santo Entierro dos grandes imágenes titulares, y dos joyas procesionales realizadas en plata. La segunda, el paso de la Soledad, salía a la calle a los sones de Virgen del Valle, exornada con rosas blancas que se convertían en rojas en la trasera para significar la presencia ahí, en la Cruz que remata el paso, del Señor al que la ciudad, ese Cádiz de esplendor que resiste como puede pese al deterioro de una ciudad que también se evidencia en su Semana Santa, da este Sábado Santo una digna sepultura.
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