Diario Cofrade

Silencio de la Soledad para dar paso a la Resurrección

  • La hermandad del Santo Entierro acortó su recorrido, mientras la Veracruz sacaba sólo el Misterio

El Viernes Santo no brilló este año en El Puerto como otras veces. La suspensión de la salida de El Nazareno en la Madrugada ya hacía presagiar que la incertidumbre meteorológica no lo pondría fácil a las hermandades de La Soledad y La Veracruz para realizar sus estaciones de penitencia. Las dos hermandades de la noche del Viernes Santo, que se caracterizó por un viento frío y desapacible, miraban al cielo desde primera hora de la mañana y estudiaban la evolución climatológica para tomar una decisión respecto a sus salidas procesionales. Las juntas de gobierno de ambas cofradías, que se cuentan entre las más antiguas de El Puerto, mantuvieron reuniones para ponerse de acuerdo y no coincidir en sus recorridos. Finalmente, la Hermandad de la Soledad decidió acortar su recorrido, aunque tuvo que ralentizar la marcha para dar tiempo a que la Veracruz saliera de la Prioral tras hacer la Estación de Penitencia. La Soledad y el Santo Entierro mantuvo su salida a las 20:00 horas desde la Basílica de Nuestra Señora de los Milagros, en la Plaza de España, pero una vez pasada la Carrera Oficial hizo el trayecto de vuelta a su templo directamente, por las calles Larga y Palacios, sin bajar hacia la zona de Ribera de Río y Plaza de la Herrería.

De cualquier forma, el cortejo lució con esplendor, aunque el paso de Nuestra Señora de la Soledad desfiló sin la bambalina delantera, luciendo la Virgen, vestida por David Calleja, una nueva corona, seguida de muchas personas en actitud de recogimiento. También el paso de las Escaleritas ofrecía este año la novedad de llevar a una cuadrilla de costaleras jóvenes, que fue haciendo algunos tramos del recorrido procesional, pese a que esta hermandad ha suprimido las cuadrillas mixtas.

Consolación y Lágrimas celebró el 50 aniversario de su bendición y primera salida procesional

Como es habitual en esta procesión, acompañaban a sus penitentes otros nazarenos pertenecientes a diferentes hermandades de El Puerto, destacando en esta ocasión la presencia de hermanos del Nazareno, del cuerpo de penitentes del paso de Misterio y del de Palio, que horas antes no pudieron procesionar por la lluvia.

Espectacular como siempre, deslumbrante y perfectamente bruñido, el paso con la urna de plata que conserva la imagen del Cristo Yacente, iba acompañado por el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, José Manuel Castilla y el párroco y asistente eclesiástico del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, el jesuita Antonio Olmo. La procesión discurrió en silencio, sin acompañamiento musical, en señal de duelo y respeto.

Un magnífico guión de franjas blancas y verdes y un amplio cuerpo de penitentes abría la procesión de la Veracruz, señera hermandad de San Joaquín que estrena también, como la anterior, hermano mayor. El cortejo llevaba un cuerpo de penitentes de la otra cofradía de San Joaquín, la Flagelación, y de la hermandad del Rocío. Mujeres ataviadas con mantilla acompañaban el paso de Misterio, cuyas imágenes son de una notable calidad artística. Rosas rojas y lirios embellecían el paso, labrado en madera noble, en el que procesionan por segundo año juntas las dos imágenes titulares, al no contar con Palio esta cofradía.

En esta ocasión se cumplían 50 años de la bendición y primera salida de María Santísima de Consolación y Lágrimas en procesión por El Puerto. La hermandad del Santísimo Cristo de la Veracruz está considerada la más antigua de la ciudad y es quizás la que tenga los mayores retos por delante para seguir engrandeciendo su historia.

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