Diario Cofrade

La Semana Santa del Covid: El protocolo 'Pilato'

Uno de los aparatos renovadores de aire instalado en el paso de Dolores de Servitas.

Uno de los aparatos renovadores de aire instalado en el paso de Dolores de Servitas.

La sensación de los cofrades respecto a las recomendaciones publicadas por la Junta de Andalucía de cara a la Semana Santa es como la de esas juntas de gobierno excesivamente conservadoras que ante una pequeña nube al mediodía decide suspender la procesión de la tarde para evitar que al cortejo le llueva en la calle. Algunas de las indicaciones trasladadas por la Consejería de Salud se entienden exageradas ante la situación actual de la pandemia y teniendo en cuenta la normativa sanitaria y los protocolos que están en vigor desde el pasado lunes 28. De hecho, propuestas como la elaboración de test de antígenos a los cargadores o la mascarilla para todos los miembros del cortejo que no lleven antifaz (o gato) han sorprendido a la práctica totalidad de las hermandades con el pie cambiado, al entender hasta la noche del martes -cuando se conocieron estas indicaciones- que serían aspectos no necesarios.

Una de las normas que más incertidumbre ha vuelto a crear en el seno de las hermandades es la de la realización de test de antígenos a las cuadrillas de cargadores “de forma previa al inicio de la salida oficial, lo más cercano al mismo y como máximo 24 horas antes”. Prácticamente decididas a no realizar este tipo de prueba ante el actual escenario, la Junta rescata este procedimiento, a pesar de que la nueva norma sanitaria en vigor en España limita las pruebas a “personas con síntomas compatibles con Covid-19 grave o factores de vulnerabilidad que pueden beneficiarse de un tratamiento temprano”.

Respecto a estas pruebas de autodiagnóstico advierte, además, un sanitario de que se tratan de “una foto fija” en el momento exacto de realizar el test, a lo que se añade que el hecho de dar negativo en la prueba no descarta un posible positivo. Y otro factor más que apuntan fuentes consultadas: “Tendría algún sentido si se hiciera un grupo burbuja con determinada cuadrilla de cargadores, desde que se hace el test hasta que se recoge el paso. Pero en el momento que hablamos de relevos en los que los cargadores van a salir en un punto, dispersarse y entrar de nuevo en el paso más adelante, el test de antígeno no tiene sentido”.

A priori, la prueba de mayor fiabilidad para las cuadrillas serían las PCR; pero a su elevado coste (alrededor de los 100 euros, frente a los algo menos de 2 por test de antígenos) se le une la imposibilidad de realizar tantas pruebas y en tan poco tiempo al elevado número de cargadores que hoy salen en cada paso (centenares en cada jornada de la Semana Santa).

Es más, algunos plantean la existencia de posibles conflictos cuando se de el caso de un posible positivo en esas pruebas, teniendo en cuenta que la normativa actualmente en vigor ya establece que pese a ser positivo por Covid el aislamiento social solo se contempla para los casos de sintomatología grave (donde se considera lógico que alguien no acuda a la procesión, como haría con cualquier otra enfermedad) o para los contactos estrechos con personas vulnerables. No obstante, sí hay que contemplar aquí la indicación del Ministerio de Sanidad de que las personas positivas con síntomas leves deben evitar “especialmente el contacto con personas vulnerables y la participación en eventos multitudinarios”, en cuya casuística estarían las procesiones de Semana Santa.

Además de los test, tampoco han digerido bien las cofradías las recomendaciones del uso de la mascarilla durante la procesión. Primero por parte de los cargadores, entre otras cosas “porque las mascarillas pierden efectividad con la humedad, ya no hablemos las quirúrgicas”, por lo cual carecen de efectividad debajo de un paso; y segundo por los miembros de los cortejos que no llevan antifaz, al considerar que entre los acólitos o entre los capataces hay distancia suficiente como para no llevarla. “Hasta en el público tiene más sentido su uso, porque es previsible que haya más aglomeraciones; pero no dentro de la procesión”, indican fuentes sanitarias consultadas.

Sí se aplaude, curiosamente, la recomendación de limpiar y desinfectar el interior del paso (especialmente los palos que sostienen los hombros de los cargadores) cada vez que un relevo sale y entra. “Esa puede ser la recomendación más efectiva de todas las lanzadas por la Junta”, llega a afirmar un sanitario consultado.

“Si se ha gripalizado la pandemia, hay que actuar como tal”, resume un cofrade, entendiendo que algunas de las recomendaciones lanzadas de cara a Semana Santa son excesivas para el momento actual del Covid y teniendo como referente las medidas actualmente en vigor. “Y si no, que sean valientes y vuelvan a suspender las procesiones”, añade.

Apenas una semana por delante tienen las cofradías para ultimar protocolos, adquirir los test y definir cómo se saldrá a la calle desde el Viernes de Dolores en relación al Covid. De momento, tras la sorpresa de las recomendaciones publicadas por la Consejería de Salud, se impone la prudencia y la espera de lo que Policía Loca, Protección Civil y sanitarios vinculado al mundo de las hermandades puedan trasladar en las reuniones previstas para los próximos lunes y martes. Pero a la espera de la decisión final, algunos ven a la Junta de Andalucía como Poncio Pilato en medio de tanta incertidumbre.

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