La espera de tres años se prolongó tres cuartos de hora más de lo previsto. La cofradía de Humildad y Paciencia, debido a los retrasos provocados por el percance del palio de la Virgen del Amparo, se vio obligada a poner el cortejo en la calle a las siete y cuarto de la tarde. El mismo hermano mayor, David García, anunció desde el altar que la procesión saldría más tarde.

En los prolegómenos señalaba García que “gracias a la fidelidad de los hermanos hemos podido sacar adelante el cortejo”. También tenía palabras de agradecimiento para la Policía Nacional, que halló la esquina del paso de misterio arrancada por una persona hace solo una semana.

Cofrades de siempre, hermanos de cuna. Muchas caras conocidas (y que no falten) en el interior de la iglesia de San Agustín. El capataz del palio, Juan Manuel Manzano 'Chato', confesaba que “nos ha costado arrancar, pero la cuadrilla tiene la misma ilusión de siempre”. Pero los cargadores “no han perdido el contacto porque son los de toda la vida”. Y tanto. Manzano destacaba que solo hay tres incorporaciones con respecto a la cuadrilla de 2019 “y son hijos de cargadores”. El veterano capataz estaba acompañado en su quehacer por su sobrino Alejandro Aparicio, Miguel Rubín e Ignacio Navarro.

La Virgen de la Amargura.

La pervivencia de una cofradía se sustenta en las familias. El capataz del misterio, Paco Álvarez, sostenía en brazos a su hijo José Luis, de solo 17 meses, que iba a dar la primera levantá del paso una vez en la calle. Otro de sus hijos, Fran, iba ya cargando bajo el paso dirigido por su padre. Tras fotografiarse con su pequeño ante el Señor, Álvarez realizó un acto íntimo para entregar a uno de sus cargadores más veteranos, Alejandro Gil, una camiseta de la cuadrilla. Gil ha salvado una grave enfermedad y su capataz esperaba verle el año que viene bajo el paso.

A las siete de la tarde se daba orden desde el altar de organizar la procesión. Quince minutos después se abrían las puertas de San Agustín y asomaba la Cruz de guía. El hermano mayor se dirigía a los hermanos pidiendo que durante la estación de penitencia rezaran por la paz. Una vez en la calle, el paso de misterio iniciaba sus primeros andares con la marcha 'Cristo del Amor', interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores Rosario, de Arriate (Málaga). Y ya por la calle San Francisco sonaba la marcha 'Santa Cruz'.

El capataz del paso de misterio de Humildad y Paciencia, Paco Álvarez.

Luego salía a la plaza de San Agustín el elegante palio granate de la Virgen de la Amargura. Esforzada fue la maniobra de la cuadrilla, que portó el palio mientras sonaba 'La amargura', interpretada por la banda del Nazareno de Rota.

Poco después de las ocho de la tarde el Domingo de Ramos más esperado de la historia ponía en la calle a las cinco hermandades de la jornada, desgranando por las calles del centro una emocionante jornada cofrade.