Mazazo de realidad. El sueño que en la tarde del Domingo de Ramos supuso el reencuentro con las cofradías en la calle tras dos años de ausencia a causa de la pandemia se ha desvanecido en apenas unas horas a medida que la jornada del Lunes Santo iba tomando forma y los peores pronósticos se iban cumpliendo.

De la incertidumbre de los partes meteorológicos se ha pasado directamente a la tarde a la amenaza certera de la lluvia, que se ha hecho presente pasadas las cinco, justo cuando los hermanos de la cofradía de los Afligidos -la primera en echarse a la calle en esta segunda jornada de la Semana Santa isleña- empezaban a llegar a la parroquia del Santo Cristo para formar el cortejo.

Poco después de las seis de la tarde, la junta de gobierno ha anunciado a los hermanos la insólita decisión de aplazar su salida procesional una hora -hasta las siete- a la espera de una posible mejoría de la tarde o, al menos, de una tregua que diera un posible margen de unas horas para permitirles realizar su salida procesional. Incluso se ha empezado a barajar un retraso generalizado de la jornada del Lunes, que se ha ido pactando entre las tres cofradías con la mediación del Consejo. 

Después de dos años sin Semana Santa ha quedado claro que hay que agotar todas las opciones posibles antes de suspender la salida, lo que en condiciones normales -si nunca hubiese existido la pandemia y si las hermandades no se hubieran visto obligadas a suspender por dos años sus salidas- no habría suscitado ninguna duda en esta cofradía y con el agua cayendo a la hora de la salida.  

Afligidos suspende su salida en San Fernando por la lluvia

Los hermanos, en el interior del templo, han aguardado esa hora de prórroga rezando el rosario. 

Pero la lluvia, aunque intermitente, no ha cesado a lo largo de la tarde; así que pasadas las siete de la tarde -y tras consultar de nuevo los partes del tiempo actualizados- la junta de gobierno se ha vuelto a reunir para tomar ya la única decisión que parecía posible: la de suspender la salida procesional.

Así lo informó el hermano mayor, Andrés Galán, a los hermanos que aguardaban en el interior del templo, donde rezaron un vía crucis antes de proceder a la apertura de las puertas del templo en un Lunes Santo marcado por la lluvia que malograba ya la Semana Santa del reencuentro y de la reconquista en la calle. 

Lluvia en el Lunes Santo de San Fernando