Más que nunca, la hermandad de Cristo Rey -la Borriquita- ha sido esta tarde la primera. La cofradía que brinda a La Isla su primer penitente, su primera cruz de guía, su primera levantá, su primera saeta... Y la primera también en este Domingo de Ramos en echarse a la calle para devolver a La Isla su Semana Santa tras un millar largo de días, que es el tiempo que ha pasado desde la Pascua de 2019.  

Así que el momento, como era de esperar, se ha vivido con las emociones a flor de piel en el interior de la capilla lasaliana de la Estrella, donde la emoción ha sido difícil de contener en esos minutos previos a las cuatro de la tarde, cuando el pregonero, José Luis Cordero, se ha apresurado a abrir las puertas de la capilla para cumplir un año más -y ya era hora- con la tradición cofrade. 

La hermandad lasaliana ha devuelvo a la Semana Santa isleña su azul Domingo de Ramos y su ilusión por las cofradías en una calurosa tarde que ha brindado a La Isla su mejor y más brillante comienzo mientras los pequeños hebreos con sus palmas avanzaban por la calle Real. 

Salida de la Borriquita de San Fernando

Por supuesto, en el interior de la capilla no han faltado el recuerdo a los fallecidos durante la pandemia con las primeras levantás del misterio y del palio de la Estrella ni las saetas de Carolina Castilla y Manuel Lucas en la primera trepá hasta el dintel de la puerta que lleva a la calle Real.

En la calle, además, un numeroso público ha arropado este momento inicial de la Semana Santa isleña a la espera de una prometedora tarde en la que las cofradías comparten protagonismo con el calor y con el Levante.