Diario Cofrade

Emotividad y recogimiento en San Lorenzo

  • La hermandad no se queda en su templo pese a la débil amenaza de lluvia

  • La calle Sagasta se llena de fieles para ver una complicada salida

La Guapa de San Lorenzo y su hijo, el Señor de las Penas, protagonizaron una salida cargada de emotividad y que se vivió con intensidad y recogimiento en el templo de la calle Sagasta. Durante toda la mañana los miembros de la Junta de Gobierno de la hermandad estuvieron muy pendientes de los partes meteorológicos. Rubén Estévez, fiscal de la cofradía, hablaba con este medio para confirmar que habían decidido optar "por el plan B", ese que retrasaba su salida una hora. "Los partes nos dan poca posibilidad de lluvia, y no podemos quedarnos en casa ante una mínima posibilidad de chubascos débiles", indicaba. Tanto el meteorólogo de la propia hermandad, como los partes que llegaban desde la Aemet, coincidían en el riesgo débil "así que vamos a cruzar los dedos".

En la iglesia de San Lorenzo, los dos pasos, el de misterio que ha finalizado la fase de tallado y está a falta del dorado, esperaban a la formación del cortejo. Junto a ellos, el paso del Descendimiento, que inevitablemente atrae muchas miradas, y los titulares de Afligidos, aún en su altar.

Tras las oraciones previas a la estación de penitencia en la Catedral, la hermana mayor, Inmaculada Ruiz Gené, se dirigió a los hermanos y les pidió que, en caso de que aparecieran las temidas gotas de lluvia, mantuvieran la calma y que nadie abandonara el cortejo. "Hay que hacer caso a los jefes de sección y mantener el orden", indicó.

Tras acabar de dar las diferentes indicaciones, a las cuatro y cuarto de la tarde se abrieron las puertas de San Lorenzo y Las Penas inició su cortejo.

La Filarmónica de Conil fue la encargada de tocar las primeras marchas a ambos pasos, cuyas maniobras dirigió el capataz general Manuel Ruiz Gené, que dedicó unas emotivas palabras a ambas cuadrillas antes de la primera levantá.

El pregonero de la Semana Santa, Juan Carlos Torrejón, acudió a San Lorenzo para desear suerte a la hermandad.

Las maniobras para que los pasos abandonen el templo, siempre complicadas por su estrechez, se realizaron con cuidado pero sin complicaciones.

El misterio empezó su caminar por Sagasta a los sones de Señor de las Penas, mientras que la Virgen de la Caridad lo hizo con Caridad de las Penas. La banda de cornetas y tambores Santísimo Cristo de los Milagros, de Sanlúcar, acompañó al misterio posteriormente.

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