Los trabajos son poca cosa pero imprescindibles para el funcionamiento de unas dependencias municipales: redes de voz y datos e instalaciones eléctricas. Es lo único que faltaba en el inmueble de la calle Real, 63 -donde hasta abril de 2016 estuvo el Museo Histórico- para terminar las obras de adecuación que permitirán al fin afrontar el traslado de Alcaldía y otros servicios municiples, incluidos los despachos de los grupos políticos y la oficina de atención al ciudadano.

Las obras acaban de empezar. Ayer lo confirmó el equipo de gobierno, que desde hace un año planea sin resultado la puesta en marcha de estos trabajos finales. El Ayuntamiento formalizó la firma del correspondiente contrato el 14 de septiembre tras un proceso de licitación que se inició a principios del pasado mes de mayo y que, a pesar de la sencillez de la actuación, tampoco ha estado exento de las complicaciones que han sido la pauta común en toda esta historia del traslado de la Alcaldía. Esta vez fue primero una baja temeraria de la oferta económica que tuvo que justificarse dentro los plazos administrativos establecidos para ello. Pero luego, la empresa que mayor puntuación había obtenido en el concurso no llegó a presentar la documentación requerida rehusando así al contrato. Eso impidió nuevamente que se cumplieran los planes del equipo de gobierno, que esperaba que las obras se pudieran afrontar a lo largo del verano para que el traslado coincidiera con el comienzo del nuevo curso político.

Los trabajos se han adjudicado finalmente a la empresa Promociones Islagras SL y la inversión roza los 30.500 euros. Su plazo de ejecución -así se contempla en el pliego de condiciones elaborado por el Ayuntamiento- es de mes y medio, así que se espera que el inmueble quede definitivamente a punto en torno a mediados de noviembre, lo que en teoría permitirá afrontar el traslado de la Alcaldía y del resto de dependencias administrativas antes de que termine el año. Siempre que no surjan nuevos inconvenientes, claro. Una vez resuelta definitivamente la adjudicación de las obras, el gobierno municipal tiene además que planificar cómo va a afrontar este cambio de sede a la calle Real, que no es fácil si se tiene en cuenta que afecta a servicios como la oficina de atención al ciudadano, uno de los puntos más frecuentados por los isleños a la hora de hacer sus gestiones con el Ayuntamiento.

El siguiente paso en esta reordenación de las dependencias municipales que se intenta poner en práctica desde principios del mandato sería el realojo de las oficinas del Área de Desarrollo Sostenible y del primer teniente de alcaldesa en las dependencias de Isaac Peral que hasta ahora -y desde verano de 2006- están ocupadas 'provisionalmente' por la Alcaldía y los servicios generales del Ayuntamiento.

La adecuación de la finca de Real, 63 comenzó en la primavera del año pasado con el traslado de los fondos del Museo Histórico. En julio de ese año se metió mano de lleno al edificio para afrontar su adaptación al nuevo uso pretendido por el ejecutivo municipal: unas obras adjudicadas a la empresa Construcciones Yatécnicas por 130.550,73 euros. El gobierno municipal planeaba entonces llevar a cabo la mudanza en septiembre, si bien resultó imposible al quedar inconclusa la actuación. Por error, estos trabajos que ahora se van a ejecutar no se incluyeron en el proyecto inicial. El problema se intentó solventar con un modificado pero eso desató cierta controversia administrativa e informes de reparo de Intervención. La alcaldesa pensó incluso en dar marcha atrás con el traslado, aunque finalmente apostó por seguir adelante con el tema. El edificio se ha llevado un año vacío y a la espera de estos últimos trabajos.