El Ayuntamiento ha acudido al rescate de las dos piezas de artillería que languidecían en el solar de lo que fue la escuela de artillería y dirección de tiro Janer y que han estado a punto de convertirse en simple chatarra.

Los cañones, que han estado abandonados durante años y sumidos en un preocupante estado de degradación, se expusieron en estas instalaciones de la Armada una vez que quedaron en desuso como orgullosa muestra, al igual que se hace en otros muchos acuartelamientos, del pasado militar.

Aunque desde que la escuela de artillería cerró sus puertas en 1999 –hace ya 20 años– prácticamente nadie se había preocupado por ellos. Solo lo hizo un grupo de antiguos operarios de la desaparecida Fábrica de San Carlos (FSC), que allá por 2015 emprendió una campaña para salvar estas antiguas piezas. No se trata de unos antiguos cañones cualesquiera. Tienen un valor especial: son el último vestigio que queda de FSC, ejemplo y testimonio de la grandeza que alcanzó la factoría allá por la década de los 50 del siglo pasado, antes de que comenzara su progresivo declive.

Las piezas –sobre todo una de ellas, el montaje doble que perteneció al destructor Oquendo, según las investigaciones realizadas en su día por los antiguos trabajadores de FSC– son con toda probabilidad lo último que queda de aquel glorioso pasado industrial de San Fernando.

De su puesta a punto se encarga ahora Navantia

No obstante, antes de que Zona Franca formalizara la venta de los suelos de Janer a Ten Brinke para propiciar la construcción de un parque comercial, el Ayuntamiento llegó a un acuerdo con el Consorcio gaditano para hacerse con ambas piezas de artillería con la intención de rescartarlas. La propia alcaldesa, Patricia Cavada, confirmó a este periódico dicho acuerdo, así como la implicación de Navantia-San Fernando en la operación, que ha asumido la puesta a punto de las piezas.

La primera de ellas se retiró hace unas semanas para ser trasladada a la factoría isleña, donde –afirma la regidora– se ha estado trabajando en su recuperación y ya está lista. A la segunda le ha tocado esta semana. Una grúa de grandes dimensiones, que se ha podido ver en el interior del recinto durante los últimos días, se ha encargado de ello.

Información publicada en 2015 que se hacía eco de la campaña emprendida por antiguos operarios de FSC para salvar los cañones.

Tras el cambio de manos de los terrenos –que ahora son de Ten Brinke– y el anuncio del pronto inicio de los trabajos de urbanización por parte de la firma que ha asumido el desarrollo comercial, estos movimientos no han pasado desapercibidos. De hecho, hace apenas unos días que se colocó también en Janer una nueva valla para anunciar el parque comercial que se espera abrir en 2020.

Esta otra pieza de artillería ha sido igualmente trasladada a Navantia para afrontar su puesta a punto. El propósito –explica la alcaldesa– es que ambas puedan exhibirse en algún punto de la ciudad como muestra de ese glorioso pasado industrial de San Fernando y garantizar así la recuperación de los últimos vestigios de la producción de la desaparecida Fábrica de San Carlos (FSC). "Se trata de hacer visible elementos de nuestra historia", puntualizó la regidora, que mostró también su agradecimiento tanto a Zona Franca como a Navantia para propiciar la recuperación de estos cañones. Para San Fernando es una cuestión de memoria.

Los cañones, tras su puesta a punto, se pretenden exhibir en sendas rotondas del entorno de Fadricas. Es el espacio que se plantea el Ayuntamiento y, precisamente, coincide con la idea que tenían los antiguos trabajadores de FSC hace unos años. En el polígono industrial, cabe recordar, se exhibe ya en una glorieta un antiguo taladro industrial que perteneció a la factoría.