"¿Por qué nadie se dio cuenta?"

ROBO MILLONARIO DE LA CAJA MUNICIPAL Demanda presentada por el Ayuntamiento ante el Tribunal de Cuentas

El notorio retraso de la contabilidad ayudó a camuflar el robo porque hizo creíble el volumen de avales que, en esos momentos, se contabilizaba en la caja municipal

El alcalde (I.), sentado junto al interventor, en un pleno municipal.
Arturo Rivera / San Fernando

02 de octubre 2012 - 01:00

El robo sistemático de la caja municipal pasó desapercibido durante años a los ojos de todos, de los responsables municipales (alcaldes incluidos) y de los controles externos a los que era sometida la información contable del Ayuntamiento.

"Nunca se ha formulado corrección alguna a las cuentas presentadas desde la Intervención General de la Administración del Estado, Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía, Cámara de Cuentas de Andalucía y Tribunal de Cuentas del Estado", recuerda el Consistorio en la demanda que acaba de presentar en el procedimiento de reintegro por alcance.

Las discrepancias observadas entre el saldo real y el contable -a pesar de ser notorias- se justificaban por la contabilización de avales, que todos dieron por válidos. Y todo -según los hechos argumentados por el Ayuntamiento en la demanda que ha presentado ante el Tribunal de Cuentas- ocurrió en un contexto marcado por un notorio retraso de la contabilidad municipal.

Pero, ¿por qué pasó desapercibido, cómo fue posible que nadie se diera cuenta durante tanto tiempo de que faltaba tantísimo dinero? También en la demanda se formula esta pregunta, que prácticamente se han hecho todos los ciudadanos, para intentar explicar lo ocurrido. Y lo hace recurriendo a los argumentos que tesorera e interventor han dado a la jueza que instruye el caso en las diligencias previas. "El alcance es difícilmente detectable para una inspección que no consistiera en el conteo uno a uno de los justificantes de cobros y pagos, ya que las entradas y salidas diarias coincidían en sus importes con las registradas en la contabilidad municipal; lo que nunca coincidía era el remanente, que era falseado por haber sido disminuido", sostiene la demanda en la exposición de los hechos. De hecho, no fue hasta que no se verificó un conteo específico uno a uno de cada justificante de pago y cobro existente en la contabilidad de la caja de efectivo cuando por fin se pudo determinar con certeza "que el saldo no respondía a una mala contabilización de avales, sino a una pura y simple falta de efectivo en la caja".

Ocurrió cuando ya la Cámara de Cuentas había advertido de la existencia de un posible alcance. Fueron necesarios 45 días de auditoría con todo el personal de Intervención y Tesorería dedicado en exclusiva a la faena.

La demora de la contabilidad -se aduce también- ayudó a camuflar el robo porque hizo creíble ese volumen de avales que se contabilizaba en caja y que ayudó a ocultar la ausencia real de millones de euros. "El retraso en la presentación de las liquidaciones de algunos ejercicios presupuestarios ha obligado constantemente a la depuración de ingresos y gastos a lo largo de los ejercicios 2004 a 2009", se afirma. De ahí que esas elevadas cantidades no llamaran la atención a los responsables del área de Hacienda. La situación "era muy deficiente y propicia a posibles quebrantos en metálico", advierte. Hay un dato relevante que pone de manifiesto la tesorera: hasta 2009, el mismo año en el que se descubre el robo, no contó el Ayuntamiento con un programa informático para la completa verificación de avales. Para hacerse una idea, en mayo de ese año, existían más de 21 millones de euros registrados en contabilidad como avales que se seguían depurando.

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