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San Fernando

La larga espera del náutico de Gallineras, uno de los proyectos clave de ese San Fernando que quería 'mirar al mar'

Muelle de Gallineras y entorno, en una imagen reciente.

Muelle de Gallineras y entorno, en una imagen reciente. / Julio González (San Fernando)

La del proyecto del nuevo equipamiento náutico de Gallineras es una historia de explícitas promesas políticas, complejos trámites urbanísticos, dilatadas gestiones con el suelo y hasta expropiaciones como último recurso que se ha prolongado a lo largo de prácticamente una década y media.

Pero, sobre todo, es la historia de una larga espera cuyo final ha vuelto ahora a alejarse de La Isla al quedar desiertas las obras después de que, tras un proceso de licitación que se ha prolongado durante año y medio, hasta cuatro empresas hayan rechazado hacerse con el contrato. Las ofertas económicas presentadas hace año y medio -cuando la situación era bien distinta- nada tienen que ver con el contexto y los costes actuales, lo que deja además en una complicada situación a este proyecto EDUSI (Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado) que está sujeto a unos plazos muy concretos.  

La idea de impulsar la construcción de este equipamiento se remonta a esos años previos a la crisis financiera de 2008 en los que La Isla abrazó esa ilusión de querer "mirar al mar", cuando se abordaron desde el Ayuntamiento proyectos como el náutico de La Casería, el malogrado Parque de la Historia y el Mar o las nuevas instalaciones de Puente de Hierro.

Una vez emprendidas estas actuaciones en distintos puntos del litoral isleño -incluso se llegó a plantear alguna que otra más que nunca salió a flote, como la que se preveía en el entorno del Zaporito- se vio la necesidad de intervenir también en el que era el muelle principal de la ciudad, sobre todo después de la inversión que la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA) había acometido entre 2006 y 2007 en respuesta a una histórica demanda del club náutico para transformar y poner a punto Gallineras como puerto deportivo: dragado de la zona, nuevos pantalanes y amarres, un dique seco.... Ejecutada esa potente actuación, quedó claro que había también que intervenir en las instalaciones que había en tierra, completamente antiguas y desfasadas. Y desde el club, claro, se miraba a lo que se estaba haciendo en La Casería o en Puente de Hierro y se pedía al Ayuntamiento el mismo trato para todos. 

Terrenos en los que está prevista la construcción del nuevo edificio náutico de Gallineras, en una imagen de archivo. Terrenos en los que está prevista la construcción del nuevo edificio náutico de Gallineras, en una imagen de archivo.

Terrenos en los que está prevista la construcción del nuevo edificio náutico de Gallineras, en una imagen de archivo. / Román Ríos (San Fernando)

En esos años, en los que además se daba forma al Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y en los que acababa de abrir el sendero del Carrascón, dejaron al descubierto también el enorme potencial y atractivo de la zona a la hora de afrontar un potente desarrollo urbanístico. 

Así que ya en las elecciones municipales de 2007, partidos como PSOE o PP incluyeron en sus programas electorales el proyecto para la construcción de la nueva sede del náutico de Gallineras y apostaron por aprovechar ese potencial que encierra la zona.  

Sin embargo, y aunque verdaderamente el compromiso estaba ahí desde años antes, no fue hasta 2009 cuando se dio el primer paso en firme desde el Ayuntamiento al anunciarse, tras un consejo de gestión de la Gerencia Municipal de Urbanismo, que se asumiría la redacción del proyecto para la construcción de las nuevas instalaciones. 

Un año después, en 2010, se afrontó la aprobación inicial del convenio urbanístico con los propietarios del suelo donde está previsto levantarse el futuro equipamiento y que se incluye dentro del Área de Reforma Interior (ARI) Puerto de Gallineras, donde se prevé la creación de una nueva área de actividad económica para la ciudad –con suelo reservado para un hotel de hasta 10 plantas– que convivirá con las actividadesresidenciales, de esparcimiento náutico-deportivas y de observación de la naturaleza. 

La historia no salió bien, porque el convenio redactado en la época de bonanza económica contemplaba la implicación de la propiedad (Anápolis Gestión SL) en la financiación del náutico a cambio e otras contraprestaciones en el desarrollo urbanístico del suelo. Pero cuando llegó el momento, en medio de una crisis desoladora, se vio pronto que aquella fórmula era imposible de llevar a cabo. Así que, una vez aprobado definitivamente el PGOU -también fue necesario esperar a que el documento entrara en vigor- hubo que cambiar el sistema de actuación previsto inicialmente y afrontar desde el Ayuntamiento el proceso de expropiación de los terrenos a lo largo de 2014.

En paralelo, además, se llevó a cabo la tramitación del estudio de detalle de las dos Áreas de Reforma Interior (ARI) que reordenan el ámbito del puerto de Gallineras para favorecer la construcción de la nuevasede del club náutico, que se aprobó en 2015.  

En octubre de 2016, a partir del superávit millonario del ejercicio de 2015, el gobierno municipal aprobó una partida de medio millón de euros para el proyecto. Y en mayo de 2017 se encargó la redacción del proyecto, que meses después ya estaría a punto. 

En ese momento se planteó su inclusión en la EDUSI, la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado, dado que el proyecto encajaba perfectamente con su objetivo de regenerar toda la franja este del municipio, desde La Magdalena hasta La Almadraba. Así que el nuevo edificio náutico se financiaría en parte con estos fondos europeos. 

Confinamiento y pandemia de por medio, las obras no se licitaron hasta abril de 2021. Y a pesar de las buenas sensaciones iniciales -hasta 5 empresas presentaron sus ofertas y pujaban por hacerse el contrato- la dilatada tramitación del proceso, que se ha prolongado durante prácticamente año y medio, ha hecho que finalmente coincida con un contexto económico muy diferente que ha sido determinante para que las empresas retiren sus ofertas antes de comprometerse con las obras.  

En paralelo, en 2019 la Junta acometió a través de la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA), las demoliciones de las antiguas edificaciones existentes en el entorno del muelle para afrontar la reurbanización del paseo. En 2021, el Ayuntamiento ejecutó las obras para el nuevo centro de transformación previsto en la zona, que es indispensable para afrontar la construcción del nuevo equipamiento. Y en el pasado mes de junio se concluyó la reparación integral de la plataforma del muelle, que estaba muy afectada por la corrosión, trabajos que también desarrolló la APPA. 

Así que, después todas estas inversiones destinadas a relanzar la zona del entorno de Gallineras, lo único que queda ya es que ese proyecto del náutico del que ya se hablaba en 2007 sea definitivamente una realidad. 

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