San Fernando

La baraja de Las Cortes divulga la celebración

  • Las cartas representan a los ciudadanos y a los ejércitos, con edificios singulares de fondo, y referencias a hechos históricos

Los diputados de Las Cortes de 1810 intentaron con toda serie de artilugios y mañas hacer entender a la población los sucesos que se estaban produciendo. Los elementos de ocio fueron utilizados entonces, fundamentalmente canciones y letrillas. Era la forma de acceder al pueblo, analfabeto en buena medida. También se usó la misma táctica en el Centenario, para explicar a los ciudadanos qué se celebraba. Doscientos años han pasado desde esa primera vez, cien años desde la segunda, pero se retoma la tradicional divulgación a través del ocio. "Ahora la gente sabe de sobra qué se conmemora, pero queríamos recordar esa forma divulgativa y nada mejor que a través de un elemento tan nuestro como la baraja española", explicó la gerente del Consorcio del Bicentenario, María Luisa García Juárez.

Las cartas muestran motivos del Diez: personajes de la época, edificios vinculados con los hechos como telón de fondo, detalles de la mitología gaditana y las armas que se usaban entonces, las de fuego en lugar de los bastos y diferentes armas punzantes como el palo de las espadas. Los oros se transforman en medallas conmemorativas sobre actos ligados a la ciudad y sus hechos históricos.

Cada palo se ha dedicado a un elemento distinto: los oros se convierten en el palo de la Constitución; las copas, en el de la Unión; el de bastos, en el de la Fuerza y el de espadas, en el de la Justicia. Cada carta representa o muestra algo distinto. El cinco de Justicia, por ejemplo, se dibuja con cuatro bayonetas y una pica de caballería, sobre un fondo con la Iglesia Mayor, lugar donde tuvo lugar el Juramento de Las Cortes. El rey de Unión ofrece la estampa de un voluntario salinero escopetero. El as de Constitución expone la medalla conmemorativa de Las Cortes con la figura de Fernando VII jurando la que sería la Constitución de 1812 entre las columnas de Hércules. La sota de Fuerza es una voluntaria salinera, entre barricadas, con un fusil y el Castillo de San Romualdo a su espalda. Destaca la presencia de las mujeres como figuras de la baraja, entre hombres del pueblo y miembros de los ejércitos. Es un guiño al papel que jugaron entonces: en el cuidado de los heridos, en su alimentación, en los hospitales, señaló García Juárez.

La delegada de Cultura, María José de Alba, valoró la facilidad que la baraja ofrece para contar la historia. Por eso, agradecieron el trabajo de Juan Manuel Fontenla, encargado de las ilustraciones, y de otros implicados, como las empresas Bicenspot y Signo. El proyecto y la dirección gráfica se deben a Manuel Mármol y Anfra. Paco Mármol se ha centrado en el diseño de la caja y A Tiempo Gráfico, en la impresión.

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