La calle Jorge Juan, situada a la espalda de la iglesia Mayor, no dispone de plazas donde estacionar el vehículo, por esta razón los vecinos de esta calle y paralelas decidieron, hace años, utilizar parte del acerado como estacionamiento improvisado. Ya que nunca se multó a los usuarios de los coches estacionados en zona prohibida esta práctica llegó a convertirse en tradición. La sorpresa llegó cuando una mañana los vehículos que se encontraban estacionados en la calle Jorge Juan sí estaban sancionados, mientras que los vehículos de las calles colindantes seguían intactos aunque también estaban cometiendo la misma imprudencia, aseguran los vecinos. Por ello, los residentes de la calle Jorge Juan reclaman el mismo trato para éstas calles. La inexistencia de aparcamiento ha obligado a los vecinos a estacionar en la calle San Vicente, que cuenta también con el cartel de prohibido, pero que se encuentra cortada al tráfico desde hace dos meses por la realización de una serie de obras.

Ante la situación el grupo socialista reclama mayor coordinación entre la delegación de Tráfico y la de Urbanismo. "Estacionar en el centro es cada día más difícil y llevamos años pendientes de ampliar el número de aparcamientos subterráneos en la zona del centro sin que el gobierno municipal dé pasos en este sentido", asegura el portavoz socialista, Fernando López Gil.