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San Fernando

Cuestión de responsabilidad social

  • El CRMF acoge unas jornadas en las que trata la inclusión de personas con discapacidad y en las que se abogó por que la sociedad "asuma la diferencia"

El Centro de Recuperación de Personas con Discapacidad Física (CRMF) ha abordado la importancia de la responsabilidad social en la inclusión de personas con discapacidad en unas jornadas que contaron con el catedrático de Ética de la Universidad Autónoma de Madrid Javier Sádaba, que ofreció la conferencia Saber vivir desde la diferencia.

"Es interesante, y sorprendente observar la indiferencia con que tratamos la discapacidad, cómo miramos para otro lado", reconocía Sádaba que habló de responsabilidad social, de ética, de la necesidad de la cercanía con los que necesitan ayuda, de los poderes públicos y de su experiencia en la universidad.

Sádaba expuso para empezar la diferencia que existe entre los seres humanos. "La diferencia está escrita en nosotros", apuntó. Tomar conciencia de esa realidad es fundamental para una actitud posterior frente a la diversidad y esa diferencia, defendió. "Ya de por sí partimos de que vivimos en una galaxia donde la vida es improbable, eso hace que seamos seres anómalos, por no hablar de la evolución de la humanidad", señaló. A su entender, hay que partir del respeto a los principios universales, de libertad e igualdad, pero sin dejar de entender que los humanos "somos muy diferentes", tanto en lo cultural como en las formas de vida. Respetar esas maneras diferentes tiene unas consecuencias morales, según sus palabras, "nos hace más felices".

En la segunda parte de su exposición el catedrático de Ética de la Autónoma de Madrid aplicó esas ideas sobre la diferencia a una concreta, la discapacidad, fuera de la índole que fuera. "La discapacidad no elimina la cantidad de tareas que se puede hacer, ya se tenga por naturaleza, por los genes o por un accidente. Sólo cambia una cosa: habrá tareas que se puedan hacer y otras que no, o permitirá realizar otra distinta", dejó claro. Y en ese escenario la implicación de la sociedad, ya sea desde lo personal o como entidad o institución, es fundalmental. "Debemos estar cerca del que lo necesita, por el placer, el gozo y la posibilidad de vivir mejor que supone", afirmó, lo que hace que el debate salga de la ética y vuelva otra vez a ella, según sus palabras. La responsabilidad social hay que reivindicarla, reiteró, para señalar directamente a los poderes públicos. "No sólo tienen que hablar, sino también poner los medios para ayudar a las personas con discapacidad", observó. Y la universidad no se escapa de esta advertencia. "Desde antes tiene que estar en contacto con los alumnos que pueden acceder a ella, también con las empresas", sostuvo. Y puso un ejemplo negativo de su experiencia en las aulas universitarias. "Un grupo de personas ciegas vino a clase y para empezar no se les tomó en serio y después no tenían medios adecuados para seguir el curso, así que se marcharon", lamentó.

Además de la conferencia, varias mesas redondas se desarrollaron durante la mañana en el CRMF. La primera se centró en los avances médicos en la neurología y la neurorrehabilitación con la intervención de la doctora Juana María Barrera de Sevilla; y en la aportación de la biomedicina, y en concreto el revolucionario BCI (Brain Computer Interface), sobre el que ha tratado el investigador y profesor de la Universidad de Valladolid Roberto Hornero.

El presidente de la Conferación de Empresarios de la provincia (CEC), Javier Sánchez Rojas, el profesor de Finanzas de la Universidad de Cádiz (UCA) Manuel Larrán, y la presidenta del Consejo Social de la UCA, Ana Alonso, han compuesto la segunda de las mesas que ha estado dedicada, a la responsabilidad social en la integración de la diversidad en el empleo.

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