Catastrófico día de Reyes en casa de Isabel Preysler: A Íñigo Onieva le toca el Rey y a Mario Vargas Llosa el haba

Los Reyes Magos han traído regalos a pequeños y grandes. Melchor, Gaspar y Baltasar han repartido los juguetes pertinentes, carbón para los malos e ilusión para los más mayores. Un día mágico para todos, pero agridulce para aquellos que están alejados de los suyos, fuera de casa. Es el caso de Mario Vargas Llosa, que tras ocho años de relación, es el primer día de Reyes que pasa sin Isabel Preysler a su lado.

El clan Preysler ha iniciado el 2023 con luces y sombras. Mientras Isabel y Mario se separan, Tamara Falcó se ha reconciliado con Íñigo Onieva, el amor de su vida que le puso los cuernos hace unos meses. Sin duda, un espectáculo, más todavía cuando se retransmite prácticamente en directo en las respectivas revistas de cabecera de la familia.

Si la vida amorosa de esta particular familia fuese un roscón de Reyes, a Onieva le habría tocado la figurita. Sin duda, el empresario madrileño ha iniciado el nuevo año con buena suerte. Nadie esperaba que, tras ponerle los cuernos a Tamara Falcó, la Marquesa de Griñón decidiera perdonarle y reiniciar la relación. Pero ya saben lo que dicen, la Navidad es mágica y soñar es gratis.

En contraposición, Mario Vargas Llosa se ha encontrado con el haba en su porción de roscón. El premio Nobel se encuentra en estos momentos intentando superar su ruptura con Isabel Preysler. La socialité decidió poner punto y final a su noviazgo con el escritor por sus fuertes celos, aunque el entorno de Mario asegura que todo viene a raíz de las malas palabras que dedicó Vargas Llosa a Falcó por sus desafortunadas declaraciones en un congreso ultracatólico en México.

El que seguro que ha recibido el haba también es Hugo Arévalo. El íntimo amigo de Íñigo Onieva, que iba a ser el padrino de sus hijos con Tamara, decidó traicionarle para empezar un idilio con la marquesa. Al parecer, Arévalo lleva años locamente enamorado de la hija de Isabel Preysler, una supuesta obsesión que le habría llevado a romper por la fuerza su amistad con Onieva. Sin duda, un día de Reyes catastrófico para un clan ¿locamente enamorado?