El Centro de Salud Ribera del Muelle ha sido este miércoles escenario de una nueva protesta de los sanitarios del SAS. En esta ocasión, se han  concentrado para mostrar su repulsa tras las agresiones sufridas por los profesionales de la Sanidad y que, hasta en dos ocasiones, se han producidos en las últimas semanas en este centro de Salud de Puerto Real.

En la protesta ha participado el Director Gerente en funciones del Distrito Sanitario Bahía de Cádiz-La Janda, Antonio García, quien ha manifestado, junto a representantes sindicales, su  rechazo a “la situación de agresiones que estamos sufriendo los profesionales de los centros de salud. Agresiones verbales y físicas que merecen una respuesta unánime de todos y nuestra mayor repulsa”.

Durante la concentración, García ha declarado que tanto  el propio Distrito Sanitario, como los profesionales, sindicatos y servicios jurídicos, deben ir de la mano para “dar apoyo y empuje al derecho que tenemos a ser reconocidos y que se nos trate como a profesionales de la salud, que es lo que somos”.

Sobre este asunto, los sindicatos son más contundentes en su denuncia. UGT Sanidad en Cádiz ha reiterado nuevamente la necesidad de que exista un profesional de seguridad en todos los centros sanitarios. “Evidentemente esto no excusa la actitud incívica y absolutamente rechazable de los usuarios agresores, pero la Administración, conociendo estos incidentes debe poner a disposición de los profesionales todos los medios necesarios y no, como es lo habitual, a toro pasado con activaciones de protocolos que, para el trabajo del día a día han demostrado ser totalmente ineficaces”.

Por su parte, el responsable del sector de Sanidad de CSIF Cádiz, Alberto Puyana, ha apuntado que la cifra de agresiones sufridas por los sanitarios en 2022 (259 en Cádiz y 1.494 en toda Andalucía),  es la mayor de los últimos cuatro años, con lo que “una vez más ponemos el grito en el cielo porque además hay muchas agresiones todos los días que no se comunican al centro por la normalización de estas conductas.

CSIF añade que “las agresiones físicas y psíquicas que sufrimos diariamente todos los empleados y empleadas públicas, hace necesario una adecuación urgente que actúe como medida disuasoria frente a conductas reprobables e intolerables. Nada justifica el uso de la violencia hacia un profesional de la sanidad”.