El orgullo del ‘Trocadero’ se diluye dos años después del Bicentenario
Puerto Real fue en 1823 el último bastión del constitucionalismo, resistiendo hasta el final de una batalla que se libró un día como hoy, 31 de agosto
De la Torre Eiffel en Paris, a Picadilly en Londres y ¿al viejo puente sobre la Bahía de Cádiz?
Justo un día como hoy, hace ya 202 años, ElTrocadero en Puerto Real se mantuvo como el último bastión del Constitucionalismo. Una defensa de las libertades que, pese a que cuando se va a acercando esta fecha se intenta desempolvar y reivindicar, los esfuerzos están siendo bastante pocos y ese orgullo se va diluyendo con el paso de los años.
Los esfuerzos (tampoco demasiados) que se destinaron hace dos años, cuando se celebró el Bicentenario de la Batalla del Trocadero 1823 – 2023, no son eternos, y esta conmemoración, si nadie lo remedia, va camino de olvidarse de nuevo, quien sabe si hasta si Tricentenario, en el año 2123. No lo veremos.
Aunque siendo justos, algo se ha salvado del programa de este año: la Gran Gymkhana de la Batalla, diseñada y realizada por De Ida y Vuelta Animación, que son expertos en los suyo y siempre aciertan; y el ‘Cuaderno de Paseo Puerto Real 1823. El último bastión del Constitucionalismo’, creado por el ilustrador Arturo Redondo y el historiador Manuel Parodi, otros dos caballos ganadores en sus respectivos ámbitos.
Un trabajo que condensa la historia de aquel verano de 1823, cuando Puerto Real se alzó en la lucha por las libertades y el constitucionalismo. “Una lucha que no solo atañe a Puerto Real ni a España, sino a ese mundo contemporáneo que empezaba a romper las costuras que lo había atenazado durante siglos”, dice Parodi. Y es que el Cuaderno de Paseo, más allá de centrarse en el hecho puntual de la batalla, refleja cómo era el Puerto Real de ese momento y la lucha de Europa por las libertades. No hay que olvidar que la Constitución de 1812, La Pepa, sirvió de modelo a otros movimientos revolucionarios liberales.
Hay que recordar que, durante el sitio francés, Cádiz había dado luz a La Pepa (1812), la primera Constitución española. Sin embargo, tras la marcha del ejército de Napoleón, Fernando VII derogó la Carta Magna y restauró la monarquía absoluta hasta 1820.
Fue entonces cuando la sublevación de Rafael de Riego inauguró el Trienio Liberal y la vuelta de las libertades a España. El rey restauró la Constitución de Cádiz, pero hizo todo lo posible por acabar con ella una vez más. De hecho, consiguió el apoyo del resto de regímenes absolutistas europeos para reunir un poderoso ejército francés conocido como Los Cien Mil Hijos de San Luis.
El 31 de agosto de 1823, los franceses bombardearon posiciones hispanas asentadas en la defensa de La Cortadura del Trocadero. Los constitucionalistas se habían asentado en la orilla del canal de la Cortadura y el ejército francés aprovechó la marea baja para tomar el fuerte tras un ataque sorpresa con bayonetas.
El enfrentamiento tuvo lugar en lo que hoy se conoce como el Parque Metropolitano Marisma de los Toruños y Pinar de la Algaida. El ataque fue efectivo: la confusión se adueñó de las tropas españolas, desconcertadas ante la oscuridad de la noche, y el caos acabó en tragedia.
La defensa de las libertades en Puerto Real fue tan heroica como, finalmente, inútil. Apenas sirvió para retrasar el avance del enemigo hacia Cádiz, dejando miles de muertos en el camino.
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