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Puerto Real

Desescalada en Puerto Real: Los bares se resisten y el comercio cobra fuerza

  • Muy pocos bares de la zona centro han optado por abrir sus terrazas. El mal tiempo y el poco aforo no hacen la desescalada rentable

  • El fin de la cita previa anima a los comerciantes locales que ya funcionan a pleno rendimiento

Día 1 de la Fase 1: continúan las ganas de tomar un cafe de máquina. Así han podido resumir muchos puertorrealeños las ansias de terraza. La hostelería se resiste a abrir. Los bares o restaurantes que este lunes abrieron sus puertas se podían contar con los dedos de una mano y los motivos han sido varios, principalmente el mal tiempo y las limitaciones de aforo de la terraza.

Barres cerrados pero persianas levantadas. "Hemos venido para limpiar. Para desinfectar hasta la última cuchara y el último plato para cuando podamos abrir", decía a este periódico, bayeta en mano, Conchi Moreno, del Bar Arca-Casa Ramón, uno de los primeros bares que optó por cerrar sus puertas, antes incluso de decretarse el Estado de Alarma. ¿Cuándo abrirán? No lo saben. "Nuestra terraza se puede limitar a cuatro mesas, y para ello necesitamos un turno doble porque el que abre a las ocho de la mañana no va a cerrar a las diez de la noche", explicaba. "Además el tiempo no acompaña y toda la semana es de lluvia. No es posible con estas condiciones, así que a limpiar mucho ahora y a esperar que tengamos salud y buen tiempo para empezar a currar".

A pocos metros de allí, en el Bar La Carbonería, apilaban todas las sillas y mesas en la calle. Esteban Pérez, daba los últimos retoques de pintura a la puerta del establecimiento. También estaban "adecentando" el local y no sabían cuando abrir. "El día 18 vienen a desinfectar todo. A partir de ahí, ya veremos". En la zona centro, el resto de bares todos cerrados. Ningún movimiento en el Bar Delfín, El Dorado, El Calvo o La Farola.

Clientes en la terraza de cafetería Moet Clientes en la terraza de cafetería Moet

Clientes en la terraza de cafetería Moet / C.P. (Puerto Real)

Para encontrar una terraza abierta había que ir a la calle Sagasta. Antonio Castillo decidió abrir las puertas de la Cafetería Moet. "La mañana ha comenzado muy poco a poco, pero a eso de las diez se ha ido animando". En su terraza, con apenas seis mesas, solo dos están ocupadas. En una de ellas un grupo de jóvenes está desayunando "para vernos las caras después de dos meses de videollamadas y seguir hablando de cosas poco importante: fútbol y colegas", decía uno de ellos. En la otra mesa, una familia se levantaba después de haber disfrutado de "un café de máquina y un mollete que me ha sabido a gloria". Era otra mesa de reencuentros. "He quedado aquí con mi padre y mi hermano porque hace mucho tiempo, desde que todo esto empezó, que no nos veíamos".

Una camarera de la Cafetería Moet toma nota a unos de sus primeros clientes Una camarera de la Cafetería Moet toma nota a unos de sus primeros clientes

Una camarera de la Cafetería Moet toma nota a unos de sus primeros clientes / C.P. (Puerto Real)

La familia se marcha y empieza una "coreografía" del personal. Antonio Castillo pasa un liquido a una camarera que desenfunda una bayeta y limpia con brío los reposabrazos, asientos y el respaldo de cada una de las sillas. Luego continúa con la mesa después de que se hayan retirado con guantes todo el menaje usado. Eso va directo para el lavavajillas. Lavado a altas temperaturas. "La limpieza es lo principal. Tenemos que dar tranquilidad a todos los clientes y trabajadores", dice Castillo a través de su mascarilla.

Esa mesa se vuelve a ocupar. En este caso son tres miembros de una familia: madre y dos hijo, que conviven juntos. "Hemos salido a hacer unas compras y ahora aprovechamos para tomar un cafelito y rápido para casa.

Preparativos en Panorama, calle Sagasta Preparativos en Panorama, calle Sagasta

Preparativos en Panorama, calle Sagasta / C.P. (Puerto Real)

También en la calle Sagasta se preparaba para abrir 'Panorama Café, Copas & Beers'. "Estamos deseando abrir las puertas porque ha sido mucho tiempo en casa", decía José Manuel Rodríguez, mientras terminaba de limpiar junto al resto del equipo y de marcar en la calle los diez puntos exactos donde colocarán las mesas que tiene autorizadas. "Ahora a esperar a que la gente se anime y a que el tiempo acompañe".

Ambiente de la calle De la Plaza en la mañana de este lunes Ambiente de la calle De la Plaza en la mañana de este lunes

Ambiente de la calle De la Plaza en la mañana de este lunes / C.P. (Puerto Real)

Pero pese a que pocos bares retomaban la actividad, este lunes las calles comerciales y peatonales sí recuperaban el ambiente propio de cualquier mañana, con todos los comercios funcionando aunque con las limitaciones impuestas por el Ministerio de Sanidad. El textil, los zapatos, floristerías o ferreterías volvían a atender sin necesidad de cita previa. Uno de estos establecimientos era Calzados El Porvenir. A primera hora atendían a un matrimonio que acudía a la zapatería por lo urgente: unas zapatillas. "Las que tenía las ha gastado de tanto andar de la cocina al salón", bromeaba la clienta mientras su marido se probaba un par.

Pilar Palacios atiende en Calzados El porvenir Pilar Palacios atiende en Calzados El porvenir

Pilar Palacios atiende en Calzados El porvenir / C.P. (Puerto Real)

La seguridad también era en este establecimiento una máxima. "Además de la limpieza y desinfección, es obligatorio que todo aquel que se pruebe un zapato lo haga con una bolsa de plástico que nosotros facilitamos para evitar el contacto", explicaba Pilar Palacios, detrás de un mostrador que atendía con mascarillas y guantes.

Almacenes Amaya en Puerto Real Almacenes Amaya en Puerto Real

Almacenes Amaya en Puerto Real / C.P. (Puerto Real)

"La verdad es que está funcionando muy bien. Había ganas de comprar", decía a este periódico Pepe Menacho, que regenta el establecimiento Confecciones Amaya y, al mismo tiempo, preside la Asociación de Comerciantes y Empresarios de la ciudad. El sector se despierta del letargo impuesto por el coronavirus, pero lo hace un mundo nuevo, en una "nueva normalidad". Las medidas higiénicas se extreman en todos y cada uno de ellos donde es obligatorio el uso de guantes, de geles hidroalcohólicos o mascarillas. "Aquí, que somos un comercio de tocar y probar, sacamos las prensas del circuito de ventas cuando un cliente las prueba y después desinfectamos todo el local con una maquina de ozono que hemos comprado", explica Menacho.

Las ganas de los empresarios por retomar la actividad se acabaron de forma inmediata en el caso de la familia que regenta el Bar El Sitio, que este pretendía recobrar la actividad en su terraza de la Plaza de la Iglesia. Cuando llegaron comprobaron que durante la madrugada se había cometido un robo en el interior del bar, donde destrozaron la máquina tragaperras.

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