Altas forzosas a docentes embarazadas

“Te hacen creer que tienes que aguantar como una burra”

  • Dos profesoras embarazadas de la provincia de Cádiz narran su “mala” experiencia tras recibir el alta forzosa por parte de la Inspección Médica

Ilustración de Miguel Guillén.

Ilustración de Miguel Guillén.

Laura y Lucía son los nombres ficticios de dos profesoras gaditanas embarazadas que, desde el anonimato, han querido contar a este medio la “mala” experiencia que están viviendo en estos meses de gestación. Ambas tenían el visto bueno de sus respectivos médicos de cabecera para permanecer de baja por incapacidad temporal, un criterio éste que no ha sido compartido por el tribunal médico que las valoró y que las ha requerido para que se reincorporen de forma inmediata a sus puestos de trabajo como docentes.

“La gente me dice: disfruta de tu embarazo. ¿Tú crees que así se puede disfrutar?”, lamenta Laura, que ha cumplido hoy 31 semanas de gestación. En la semana 17 sufrió un cólico nefrítico, un dolor renal que se le fue repitiendo cada quince días aproximadamente. “Mi médico ya me advirtió que seguirían sucediéndose. Tanto es así que el pasado mes de enero estuve ingresada en el hospital por una pielonefritis”.

En tales circunstancias, Laura fue citada el 6 de febrero de este año por la Inspección Médica. “Ese día aporté al tribunal dos documentos: un escrito de mi médico de cabecera en el que informaba favorablemente sobre mi baja por incapacidad temporal; y otro de la directora del colegio en el que trabajo en el que hacía constar los riesgos que entraña mi puesto al estar siempre en contacto con niños hiperactivos”.

El 18 de febrero de 2018 Laura recibió el alta. “Cuando me llegó la carta no podía parar de llorar. Estaba estresada y muy nerviosa. Hasta tuve que ir a Urgencias”.

Esta profesora gaditana finalmente no se reincorporó. Pidió a la Delegación de Educación unos días “para solicitar la baja por riesgo en el embarazo ante el INSS, tal y como me recomendaron en la Inspección Médica”. Justo hoy ha conseguido dicha baja.

Laura tiene un pésimo recuerdo “del interrogatorio al que me sometieron frente al tribunal médico. El inspector me habló como si yo me estuviera inventando algo, me cuestionaba todo el tiempo, siempre quedaba por encima. Cuando salí de allí, le dije a mi marido:Me dan el alta”.

Esta profesora admite que, además del mal trago personal que le ha supuesto todo este procedimiento, lo ha pasado “aún peor” por sus alumnos. “Ellos son los que, al fin y al cabo, pagan este sinsentido, ya que pierden al profesor sustituto cuando la docente embarazada recibe el alta. Encima, el sustituto salta de nuevo a la bolsa y la plaza vacante queda descubierta dos o tres semanas mínimo. Y, para más inri, la persona que accede al puesto no es la misma que ha estado con los niños todo el tiempo anterior”.

Las sensaciones de Lucía son muy similares a las de su compañera. “Te hacen creer que tienes que aguantar como una burra”, asevera. “Es como si tuvieras que exagerarlo todo, como si no te quedase otra que rogar”.

El caso de Lucía es especialmente llamativo. Esta profesora gaditana solicitó la baja médica temporal en la semana 29 de su embarazo por una lumbalgia. “Era incapaz de estar una hora seguida de pie”.

Lucía ni siquiera fue llamada ni examinada ni valorada por la Inspección Médica. “En la semana 33 de mi embarazo, mi médico recibió un fax del tribunal médico en el que refería que no veía motivo alguno para que yo estuviese de baja, por lo que instó a mi especialista a que justificase mi lumbalgia y a mí para que solicitase el riesgo por embarazo al INSS”.

Además de por las dolencias propias de su embarazo, esta docente reconoce que “las últimas semanas han sido terribles. Las he vivido con mucha ansiedad. Se supone que en momentos así las mujeres tenemos que estar tranquilas tanto por nuestra salud como por la del bebé que viene en camino. Sin embargo, para mí todo esto ha sido un sinvivir”.

Ahora mismo, Lucía está a la espera de que la Seguridad Social le conceda o no el riesgo por embarazo. Mientras, lanza la siguiente preguntas:“¿Qué hay detrás de esto?, ¿intereses económicos?, ¿se pasan la pelota unos a otros a la hora de pagarte la baja?”.

Laura y Lucía son sólo dos ejemplos. Hay más, muchas más. Según Ustea, desde que se hizo pública su denuncia sobre las altas forzosas a docentes en avanzado estado de gestación, los casos que les han llegado se han multiplicado. Sin ir más lejos, explican desde el sindicato, una profesora gaditana ha recibido recientemente el alta de la Inspección a pesar de tener un embarazo de riesgo y trabajar a 80 kilómetros de su domicilio. Otras están solicitando el adelanto de su baja maternal para evitar sentirse cuestionadas, restando así días a un permiso por maternidad ya de por sí bastante escueto en comparación con el de otros países europeos.

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