Andalucía y el hidrógeno verde

Andalucía se encuentra ante una oportunidad estratégica que no debe dejar escapar. El Valle Andaluz del Hidrógeno Verde, con una inversión de 3.000 millones de euros y un respaldo de 303,4 millones del PERTE y de 43,3 millones de ayudas europeas CEF, posiciona a la región como un potencial referente en energía limpia. Más allá de las cifras y la tecnología, este proyecto responde a un contexto climático adverso y a una economía que demanda renovación. El hidrógeno verde se presenta como un recurso clave para el futuro de la región. Analicemos su alcance y las razones de su urgencia. El proyecto, liderado por Moeve en Palos de la Frontera (Huelva) y San Roque (Cádiz), contempla una capacidad 2 GW de electrólisis y una producción anual de 300.000 toneladas de hidrógeno renovable, capaces de evitar 6 millones de toneladas de CO2 al año. Este hidrógeno verde tendrá varios usos: amoniaco verde para fertilizantes o combustible marítimo, metanol verde para industria química o combustible marítimo, combustibles sintéticos de aviación (SAF), transporte por carretera y descarbonización de industrias pesadas.

La región cuenta con puertos como Huelva y Algeciras, listos para canalizar energía limpia hacia Europa. En febrero de 2024, el Congreso Nacional de Hidrógeno Verde en Huelva atrajo figuras como Felipe VI y el rey Guillermo de Países Bajos, reflejando el interés internacional.

Con la construcción prevista para comenzar en los próximos meses, se estima la creación de hasta 10.000 empleos, abarcando desde operarios hasta técnicos especializados. En una sesión formativa con jóvenes de la región, las preguntas sobre las oportunidades profesionales que estas nuevas tecnologías centraron la jornada. El Valle Andaluz no solo impulsa la actividad económica, sino que ofrece una solución estructural a la despoblación rural. Sectores como la industria química y el transporte pesado, fundamentales en Andalucía, podrían reducir significativamente su huella de carbono, alineándose con las demandas de un mercado global más exigente.

El cambio climático, sin embargo, impone un ritmo acelerado. Las lluvias invernales de 2021-2022 fueron un 35% inferiores a la media histórica, y en abril de 2023 se registraron 38,8°C, condiciones que agravan la sequía y comprometen la salud de Doñana, donde las aves acuáticas han registrado caídas drásticas en su censo, disminuyendo a un tercio de su pico máximo histórico, mientras que los anfibios han disminuido 20 veces por la falta de agua. Y aunque las recientes lluvias han proporcionado un respiro temporal, la situación estructural del acuífero sigue siendo un desafío debido a la sobreexplotación continua. El hidrógeno verde, al descarbonizar sectores críticos, se presenta como una herramienta esencial para mitigar estos impactos. Andalucía no puede limitarse a esperar precipitaciones; debe actuar con decisión frente a la desertificación y la pérdida de biodiversidad, fenómenos que ya alteran su equilibrio ambiental y productivo.

El factor diferencial de Andalucía es su potencial renovable. Con una radiación solar un 13% superior a la media española, más de 1.000 MW fotovoltaicos y 147 parques eólicos, Andalucía dispone de recursos óptimos para la producción de hidrógeno verde de Europa. La torre solar de Sanlúcar la Mayor, visible desde la autopista Sevilla-Huelva y capaz de abastecer a 180.000 hogares, simboliza esta capacidad. Este enfoque integrado no solo optimiza la eficiencia energética, sino que rompe con la dependencia histórica de combustibles fósiles, un paso crucial para una transición efectiva.

No obstante, persisten desafíos significativos. La falta de ayudas para los usuarios del hidrógeno y la escasez de infraestructuras (hidroductos, estaciones de repostaje de hidrógeno) limitan el potencial, y el marco regulatorio avanza con lentitud y alguna incertidumbre. La formación de talento local y una colaboración más fluida entre el sector público y privado son imprescindibles. La formación de talento local y una colaboración más fluida entre el sector público y privado son imprescindibles para maximizar el impacto.

Andalucía cuenta con los elementos necesarios para liderar esta transformación: recursos naturales excepcionales, una ubicación privilegiada y un proyecto de envergadura que capta la atención mundial. Pero el margen de maniobra se reduce frente a un cambio climático que no concede pausas. El Valle Andaluz del Hidrógeno Verde trasciende lo tecnológico; es una apuesta por la resiliencia de quienes cultivan la tierra, operan en los puertos y aspiran a un porvenir sostenible. La región tiene la oportunidad de establecer un estándar en la lucha climática sin sacrificar su desarrollo. El momento de actuar es ahora.