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Condena de los actos vandálicos

Los graves incidentes de Cádiz, entre insultos, agresiones y amenazas, merecen la reprobación de toda la sociedad

Los graves incidentes registrados durante la manifestación contra Vox el pasado martes en Cádiz merecen la condena más enérgica de la sociedad. La actitud de un nutrido grupo de violentos que sembró por momentos el caos en la capital no puede quedar impune. Volcaron y quemaron contenedores de basura, destrozaron el mobiliario urbano, realizaron pintadas en los comercios y entidades bancarias, y amenazaron y agredieron a periodistas, guiados por una violencia insospechada. Incluso obligaron a cortar el tráfico en el Campo del Sur y la avenida ante una Policía Nacional que por momentos se vio incapaz de frenarlos, hasta que llegaron los refuerzos, cuando ya era tarde, como se comprobó en Asdrúbal y Varela. Al menos los agentes -que a priori intentaron no emplear la fuerza, hasta que se vieron obligados a disparar bolas de goma- lograron detener a dos de los radicales más violentos y evitaron males mayores.

La mayoría de los manifestantes no participó en los actos vandálicos, pero tampoco pudieron impedir los insultos y las agresiones a periodistas a los que amenazaron y escupieron -también les llegaron a pintar sus ropas con la A de anarquía- únicamente por cumplir con su oficio. Estos actos del todo reprobables se los tendrían que mirar, sobre todo, aquellos dirigentes de Podemos que, como Pablo Iglesias, incapaz de aceptar el escrutinio de las urnas y en el momento más inoportuno, llamaron a la movilización en las calles justo al día siguiente para frenar a Vox, en protesta contra los resultados electorales del pasado 2 de diciembre. Mucho más lejos llegaron los líderes de Adelante Andalucía por Cádiz, Ángela Aguilera (IU) y José Ignacio García (Podemos). Éste último pidió a su militancia, al grito de no pasarán, "inteligencia, y a las calles, que son unos cobardes". Pero no sólo los podemitas alentaron las protestas, también la propia Susana Díaz cargó con dureza contra la "ultraderecha" nada más encajar el peor resultado de la historia del PSOE andaluz.

Los fuertes altercados del martes obligaron al alcalde, José María González, a condenar los actos vandálicos y las agresiones a los periodistas, pero ni él ni la líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, hicieron ayer autocrítica por aquellas consignas, que, como se ha visto, llegan a incitar al odio entre los más radicales. Conviene cuanto antes, por tanto, llamar a la prudencia y respetar las urnas, recobrar la razón y apelar a las reglas de la convivencia que dejan bien a las claras que, más allá del derecho a manifestarse, nadie puede poner en duda que los resultados del domingo legitiman a Vox, como a cualquier otra fuerza política, a sentarse en el Parlamento. Así lo dictan la democracia y el sentido común.

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