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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Los veteranos tocan alerta antifacista

Sánchez o “retroceder hacia políticas y formas de hacer política que fueron superadas hace décadas”

Prietas las filas. Más vale equivocarse dentro del partido que acertar fuera de él. La crítica a Sánchez es crítica al PSOE. Al contrario de lo que han hecho González, Guerra o Belloch, 350 socialistas “históricos” andaluces han firmado el manifiesto de apoyo al partido y a Sánchez, o a Sánchez y al partido, porque ambos se identifican como lo mismo. Los trapos sucios se lavan en casa. Y llegado el momento decisivo de las elecciones, ni eso: toda crítica, aún interna y susurrada, es deslealtad para con el partido. Esta mentalidad es la que ha perpetuado todos los vicios en todas las instituciones de todo signo, haciéndolas incapaces de la autocrítica que necesariamente precede a toda renovación que deje atrás vicios o errores.

Es una forma humanamente comprensible –sobre todo en militantes veteranos– pero nefasta de poner el sentimiento por encima de la razón y la pertenencia por encima de la objetividad. Las críticas a las políticas de Sánchez son inventos, manipulaciones, tergiversaciones, lo que en el documento se llama “el insulto, la descalificación y la deshumanización que las derechas nos arrojan todos los días”. Todo se da por bueno frente al enemigo, hasta aquello con lo que íntimamente no se está de acuerdo, como el cogobierno con Podemos o los apoyos de Bildu y ERC con sus correspondientes retribuciones.

“Hay quienes, en el colmo del pensamiento más retorcido, propugnan sin pudor que el PSOE de Sánchez debe perder para que el PSOE de verdad se regenere y vuelva a las esencias perdidas, después, naturalmente, de unos años de gobierno de derechas” se dice en el manifiesto. Pues soy uno de esos carentes de pudor y sobrados de retorcimiento. Para defender a Sánchez han asumido su relato hasta el punto de enfrentar a los electores al dilema de escoger entre “una España que progrese y avance hacia más bienestar para todos y todas (...) o, por el contrario, retroceder hacia políticas y formas de hacer política que fueron superadas en España y en Europa hace décadas”. Sería importante que precisaran cuántas décadas retrocederíamos porque de ello depende a qué superadas políticas nos llevaría este retroceso si no ganara Sánchez. ¿Al franquismo, a la dictablanda de Berenguer, a la dictadura de Primo de Rivera? Los veteranos se han apuntado a la alerta antifascista.

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